Título original: Ballerina. Año: 2025. Género: Acción. País: USA. Dirección: Len Wiseman. Guion: Shay Hatten. Personajes: Derek Kolstad. Elenco: Ana de Armas, Anjelica Huston, Gabriel Byrne, Lance Reddick. Duración: 2 horas 5 minutos
Con un estilo rápido y con una referencia sustancial al universo “John Wick”, “Ballerina” presenta una estructura lineal clásica dentro del cine de acción, centrada en la venganza personal de su protagonista Eve, interpretada por Ana de Armas, quien se abre un espacio para la exploración de la identidad femenina dentro de una organización tradicionalmente dominada por hombres.
A diferencia de las entregas principales de la saga "John Wick", donde el pasado y presente del personaje se entrelazan en un tono casi mitológico, "Ballerina" opta por un desarrollo cronológico más directo, desde la introducción de la protagonista, dentro de la organización, hasta la culminación de su ajuste de cuentas.
El dolor de la pérdida familiar y la búsqueda de justicia personal se convierten en los motores narrativos de esta historia, acogiéndose a los códigos universales en el cine de venganza, en la que el arco de Eve se tiñe de una mayor vulnerabilidad afectiva, relacionada con su formación en la academia de ballet, ya introducida en “John Wick: Chapter 3 – Parabellum”.
La película se nutre de manera directa del mundo preexistente de “John Wick”, con referencias explícitas al Hotel Continental, a la Alta Mesa y a la jerarquía de asesinos, integrado por personajes como Winston (Ian McShane) y Charon (el fallecido Lance Reddick), tratando de crear su propia ruta narrativa sin depender en exceso de la figura de la saga.
Sin embargo, son estas apariciones de personajes conocidos, incluyendo al propio Wick, y de aquellas referencias al propio universo que, si bien enriquecen la atmósfera, puedo interpretarlo como un intento de sostener la trama mediante la familiaridad del espectador con la saga madre, dejando esta supuesta autonomía parcial que no funciona del todo ni como ‘spin-off’ ni como una obra con entidad propia.
Además, aunque el desempeño físico de Ana de Armas es destacable, su personaje carece de una evolución emocional sustancial, quedando en ocasiones atrapada en el arquetipo de “mujer vengadora” sin explorar dimensiones más complejas de su identidad o conflicto interno.
Con respecto a lo visual, la cámara de Romain Lacourbas rebusca en los espacios sombríos, la iluminación neón y los encuadres coreografiados que enfatizan el cuerpo como instrumento de violencia, tratando de introducir ecos de otras películas como “Black Swan” (Darren Aronofsky, 2010) o “La Femme Nikita” (Lucc Beson, 1990).
Dirigida por Len Wiseman, -director de otra saga como “Underworld”-, “Ballerina” es otra historia predecible en su estructura, recurriendo a giros argumentales ya explorados en otros filmes del género, lo que disminuye la frescura de la propuesta y la aleja de un relato realmente innovador dentro del cine de acción contemporáneo.
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