
Mucha gente me pregunta: "Padre Moses, ¿cómo puedo aumentar mi hombría hasta niveles absurdos?".
En un video de YouTube, un sacerdote defiende una forma de masculinidad viril y sin complejos.
Los vaqueros ajustados, cruzar las piernas, usar la plancha, delinear las cejas e incluso tomar sopa son algunas de las cosas que ridiculiza por considerarlas demasiado femeninas.
Hay otros videos del padre Moses McPherson levantando pesas al son de heavy metal.
McPherson tiene 5 hijos. Fue criado como protestante y alguna vez trabajó como techador, pero ahora labora como sacerdote en la Iglesia Ortodoxa Rusa Fuera de Rusia (Rocor, por sus siglas en inglés) en Georgetown, Texas, que es una rama de la iglesia madre en Moscú.
Rocor, una red global con sede en Nueva York, se ha expandido recientemente a otras partes de Estados Unidos, principalmente como resultado de la conversión de personas de otras religiones.
En los últimos seis meses, el padre Moses ha preparado a 75 nuevos seguidores para el bautismo en su iglesia de la Madre de Dios, al norte de Austin.
"Cuando mi esposa y yo nos convertimos hace 20 años, solíamos llamar a la ortodoxia el secreto mejor guardado, porque la gente simplemente no sabía lo que era", dice.
"Pero en el último año y medio nuestra congregación ha triplicado su tamaño".
Una sociedad dura con los hombres
Durante la liturgia dominical en la iglesia del padre Moses, me sorprende la cantidad de hombres de entre 20 y 30 años que rezan y se santiguan al fondo de la nave, y cómo esta religión, con tradiciones que se remontan al siglo IV d.C., atrae a jóvenes que se sienten incómodos con la vida en el Estados Unidos moderno.
El ingeniero de software Theodore me cuenta que tenía el trabajo de sus sueños y una esposa a la que adoraba, pero se sentía vacío por dentro, como si tuviera un agujero en el corazón.
Cree que la sociedad ha sido "muy dura" con los hombres y les dice constantemente que están equivocados. Se queja de que los hombres son criticados por querer ser el sostén de la familia y mantener a una esposa que se quede en casa.
"Nos dicen que hoy en día es una relación muy tóxica", dice Theodore. "Así no debería ser".
Casi todos los conversos que conozco han optado por educar a sus hijos en casa, en parte porque creen que las mujeres deben priorizar sus familias antes que sus carreras.

El padre John Whiteford, arcipreste de la Rocor de Spring, en el norte de Houston, dice que la educación en el hogar garantiza una educación religiosa y es "una forma de proteger a sus hijos", al tiempo que evita cualquier conversación sobre "el transgenerismo, o los 57 géneros del mes o lo que sea".
En comparación con los millones de fieles de las megaiglesias evangélicas estadounidenses, la cantidad de cristianos ortodoxos es minúscula: solo alrededor del 1% de la población.
Esto incluye la ortodoxia oriental, practicada en Rusia, Ucrania, Europa del Este y Grecia, y la ortodoxia oriental de Medio Oriente y África.
Fundada por sacerdotes y clérigos que huyeron de la Revolución Rusa en 1917, Rocor es considerada por muchos como la jurisdicción ortodoxa más conservadora de EE.UU.
Sin embargo, esta pequeña comunidad religiosa es muy vocal, y lo que se está desarrollando en su seno refleja cambios políticos más amplios, especialmente tras el drástico giro del presidente Donald Trump hacia Moscú.
El verdadero aumento en el número de conversos es difícil de cuantificar, pero los datos del Pew Research Center, sugieren que los cristianos ortodoxos son ahora un 64% hombres, frente al 46% de 2007.
Buscando nueva fe tras la pandemia
Un estudio más pequeño de 773 conversos parece respaldar la tendencia. La mayoría de los recién llegados son hombres, y muchos afirman que la pandemia los impulsó a buscar una nueva fe.
Esa encuesta fue llevada a cabo por la Iglesia Ortodoxa en Estados Unidos (OCA), que fue establecida por monjes rusos en Alaska a fines del siglo XVIII y ahora tiene más de 700 parroquias, misiones, comunidades, monasterios e instituciones en EE.UU., Canadá y México que se identifican como ortodoxas rusas.
El profesor Scott Kenworthy, que estudia la historia y el pensamiento del cristianismo ortodoxo oriental, en particular en la Rusia moderna, dice que su parroquia OCA en Cincinnati "está absolutamente abarrotada".
Lleva 24 años asistiendo a la misma iglesia y afirma que el número de feligreses se mantuvo estable hasta el confinamiento por la covid-19. Desde entonces, ha habido un flujo constante de nuevos interesados y personas que se preparan para el bautismo, conocidos como catecúmenos.
"Este no es un fenómeno exclusivo de mi parroquia ni de algunos lugares de Texas", afirma el profesor Kenworthy. "Es definitivamente algo más amplio".
El espacio digital es clave en esta ola de nuevos conversos. El padre Moses acumula muchos seguidores en redes sociales que dan "me gusta" a la publicación en la que comparte la foto de una prueba de embarazo positiva. En Instagram consigue hasta 6.000 "me gusta" por anunciar la llegada de su sexto hijo.

Pero hay decenas de otros podcasts y videos presentados por el clero ortodoxo y un ejército de seguidores, principalmente hombres.
El padre Moses explica a su congregación que hay dos maneras de servir a Dios: ser monje o monja, o casarse. Quienes eligen la segunda opción deben evitar la anticoncepción y tener tantos hijos como sea posible.
"Muéstrenme un solo santo en la historia de la Iglesia que haya bendecido algún tipo de anticonceptivo", dice.
En cuanto a la masturbación —o lo que la Iglesia llama autodestrucción—, el sacerdote la condena como "patética e impropia de un hombre".
El padre Moses afirma que la ortodoxia "no es masculina, es simplemente normal", mientras que "en Occidente todo se ha feminizado mucho". Incluso cree que algunas iglesias protestantes se dirigen principalmente a las mujeres.
Movimiento "antiwoke"
"No quiero ir a servicios que parezcan un concierto de Taylor Swift", dice el padre Moses. "Si nos fijamos en el lenguaje de la 'música de alabanza', es pura emoción; eso no es propio de los hombres".
Elissa Bjeletich Davis, una exprotestante que ahora pertenece a la Iglesia ortodoxa griega en Austin, es maestra de escuela dominical y tiene su propio podcast. Dice que muchos conversos pertenecen al grupo antiwoke y a veces tienen ideas extrañas sobre su nueva fe, especialmente aquellos en la Iglesia rusa.
"Lo ven como una religión militar, rígida, disciplinaria, masculina y autoritaria", dice Elissa. "Es curioso. Es casi como si los viejos puritanos estadounidenses y su locura estuvieran resurgiendo".

Buck Johnson trabajó como bombero durante 25 años y presenta el podcast Counterflow.
Dice que al principio le daba miedo entrar en su iglesia ortodoxa rusa local porque "se ve diferente, lleno de tatuajes", pero me cuenta que lo recibieron con los brazos abiertos. También le impresionó que la iglesia permaneciera abierta durante el confinamiento por la covid-19.
Sentado en un sofá frente a dos enormes pantallas de televisión en su casa, dice que su nueva fe está cambiando su visión del mundo.
"Lo que me preocupa son las opiniones negativas de los estadounidenses sobre Rusia", señala Buck. Me cuenta que los medios tradicionales presentan una imagen distorsionada de la invasión de Ucrania.
"Creo que aquí en Estados Unidos queda un remanente de la generación del baby boom que vivió la Guerra Fría", indica Buck, "y no entiendo muy bien por qué, pero dicen que Rusia es mala".
"El cristianismo auténtico"
El líder de la Iglesia rusa en Moscú, el patriarca Kirill, ha apoyado tenazmente la invasión de Ucrania, calificándola de Guerra Santa y mostrando poca compasión por sus víctimas.
Cuando le pregunto al arcipreste padre John Whiteford sobre el principal clérigo ruso, a quien muchos consideran un belicista, me asegura que las palabras del patriarca han sido distorsionadas.
Imágenes y fotografías de Putin citando versículos de la Biblia, sosteniendo velas durante los servicios religiosos en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú y desnudándose en traje de baño para sumergirse en agua helada en la Epifanía parecen haber tocado una fibra sensible.
Algunos, en Estados Unidos y otros países, ven a Rusia como el último bastión del cristianismo auténtico.

Hace casi una década, otro converso ortodoxo convertido a sacerdote de Texas, el padre Joseph Gleason, se mudó de Estados Unidos a Borisoglebskiy, un pueblo a cuatro horas en auto al norte de Moscú, con su esposa y sus ocho hijos.
"En Rusia no hay matrimonio homosexual ni uniones civiles. Es un lugar donde los niños pueden recibir educación en casa y, por supuesto, me encanta la historia milenaria del cristianismo ortodoxo que hay aquí", dijo a un presentador ruso.
Este tejano de barba rala está a la vanguardia de un movimiento que insta a los conservadores a mudarse a Rusia. En agosto pasado, Putin introdujo la visa acelerada de valores compartidos para aquellos que huyen del liberalismo occidental.
De regreso en Texas, Buck me cuenta que él y sus compañeros conversos están dándole la espalda a la gratificación instantánea y al consumismo estadounidense.
"Pensamos en cosas a largo plazo", dice Buck, "como las tradiciones, el amor por la familia, el amor por la comunidad, el amor por los vecinos".
"Creo que la ortodoxia nos conviene, especialmente en Texas", añade.

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
- La increíble historia de la iglesia ortodoxa que fue trasladada completa desde Rusia a la Antártica
- Moscú confirma el cisma en la Iglesia ortodoxa: cómo el conflicto entre Rusia y Ucrania se convirtió también en una guerra religiosa
- Por qué Putin le entregó a la Iglesia ortodoxa una histórica y frágil pintura religiosa en contra de la opinión de los expertos
!function(s,e,n,c,r){if(r=s._ns_bbcws=s._ns_bbcws||r,s[r]||(s[r+"_d"]=s[r+"_d"]||[],s[r]=function(){s[r+"_d"].push(arguments)},s[r].sources=[]),c&&s[r].sources.indexOf(c)<0){var t=e.createElement(n);t.async=1,t.src=c;var a=e.getElementsByTagName(n)[0];a.parentNode.insertBefore(t,a),s[r].sources.push(c)}}(window,document,"script","https://news.files.bbci.co.uk/ws/partner-analytics/js/fullTracker.min.js","s_bbcws");s_bbcws('syndSource','ISAPI');s_bbcws('orgUnit','ws');s_bbcws('platform','partner');s_bbcws('partner','acento.com.do');s_bbcws('producer','mundo');s_bbcws('language','es');s_bbcws('setStory', {'origin': 'optimo','guid': 'cg5ve7l24y0o','assetType': 'article','pageCounter': 'mundo.articles.cg5ve7l24y0o.page','title': 'Los jóvenes estadounidenses que se unen a la Iglesia ortodoxa rusa en busca de "niveles absurdos de masculinidad"','author': 'Lucy Ash – BBC News','published': '2025-05-26T16:40:30.489Z','updated': '2025-05-26T16:40:30.489Z'});s_bbcws('track','pageView');
Compartir esta nota