
La miniserie The Twisted Tale of Amanda Knox ("Amanda Knox: una historia retorcida") narra el famoso error judicial que llevó a que la joven de EE.UU. fuera condenada por el asesinato de su compañera de estudios Meredith Kercher en Italia. Años después fue absuelta.
El año pasado, 17 años después del asesinato de la estudiante británica de 21 años Meredith Kercher, en Perugia, Italia, se anunció la producción de una serie de ficción de ocho episodios sobre el caso.
La hermana de Kercher, Stephanie, le dijo al diario británico The Guardian al comenzar el rodaje: "Nuestra familia ha pasado por mucho y es difícil entender cómo esto sirve de algo".
Con el estreno de la serie "Amanda Knox: una historia retorcida" este miércoles en Hulu en EE.UU. y Disney+ a nivel internacional, muchos espectadores probablemente se preguntarán lo mismo.
La respuesta es que la serie fue impulsada por Amanda Knox, la compañera de piso estadounidense de Kercher, quien, junto con su entonces novio, Raffaele Sollecito, y el vagabundo local Rudy Guede, fue condenada en un principio por el asesinato de Kercher en 2007.

Después de pasar casi cuatro años en prisión por un delito del cual se habían declarado inocentes, Knox y Sollecito lograron anular su condena y fueron liberados en 2011.
Ambos fueron condenados de nuevo en un nuevo juicio en 2014, antes de ser finalmente absueltos por el Tribunal Supremo de Italia en 2015.
Mientras tanto, Guede cumplió 13 años de una condena de 16 años y quedó en libertad en 2021.
Knox sufrió un terrible error judicial: el Tribunal Supremo dictaminó que la investigación presentaba "fallas flagrantes", mientras que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordenó a Italia pagarle US$21.500 en 2019, tras encontrar fallos en el interrogatorio inicial de la policía.
También sufrió un juicio mediático: junto con el fiscal italiano principal del caso, Giuliano Mignini, la presentaron como una pervertida sexual —"Foxy Knoxy", como la prensa sensacionalista se deleitaba en llamarla— quien, según argumentó inicialmente la fiscalía, orquestó el asesinato de Kercher con los dos hombres en una orgía de inspiración satánica que salió mal.
Finalmente, Knox y Sollecito fueron exonerados, en gran parte porque la evidencia de ADN que los vinculaba con la escena también resultó ser defectuosa.
Los desafíos y problemas de la serie

Desde ese momento, Knox ha hablado abiertamente sobre sus experiencias en Italia y del odio y el ridículo que sufrió a nivel mundial desde su condena injusta.
Su primer libro, Waiting to Be Heard: A Memoir ("Esperando a ser escuchada: una memoria"), se publicó en 2013, y en marzo de este año publicó Free: My Search For Meaning ("Libre: mi búsqueda para encontrar significado").
Un documental de Netflix de 2016, Amanda Knox, profundizó en la terrible experiencia de Knox, presentando extensas entrevistas con ella sobre cómo fue tratada.
Ahora, la miniserie "Amanda Know: una historia retorcida" vuelve a destacar lo que sufrió. Sin embargo, después de dos libros de memorias, un documental y varios podcasts (uno llamado Hard Knox), resulta difícil comprender qué pretende realmente lograr.
En cuanto al tono, el drama —obra de la showrunner KJ Steinberg, productora de series como This is Us y Gossip Girl— es inconsistente.
Knox (interpretada con dedicación por Grace Van Patten) es presentada de una manera ligera y jocosa como una estudiante peculiar, que se divierte en escenas exageradas con Kercher y luego hace comentarios inapropiados y de humor negro sobre los acontecimientos que se desarrollan durante la investigación y el juicio.

A veces, la historia resulta excesivamente romántica. Incluso intenta emular la película Amélie —la que Knox y Sollecito (Giuseppe De Domenico) afirman haber visto la noche del asesinato de Kercher— con viñetas coloridas y realismo mágico: véase la escena en la que un grupo de osos de peluche aplaude a Knox, de niña, actuando como payaso.
De hecho, Steinberg declaró a The Seattle Times: "El homenaje a Amélie fue una excelente manera de que el público conociera a Amanda, la persona, antes de que se definiera en el imaginario público como la versión distorsionada".
Los clichés también abundan: desde voces que aparecen y desaparecen durante una escena en la que un testigo es interrogado en una sala de entrevistas de la policía, hasta un momento torpemente metafórico que muestra a un pájaro atrapado dentro, incapaz de escapar.
La tendencia de recuperar narrativas

Sin embargo, tras la flagrante injusticia de ser incriminada por un asesinato que no cometió, es comprensible que Knox quisiera aclarar la historia una vez más y "recuperar" su narrativa.
Algo que muchas mujeres famosas han logrado hacer a través de numerosos documentales, podcasts y dramatizaciones de la cultura pop durante la última década, que han arrojado nueva luz sobre celebridades y figuras femeninas de los 90 como Britney Spears, Pamela Anderson, Monica Lewinsky y Tonya Harding, quienes se vieron envueltas en escándalos que las demonizaron públicamente.
Curiosamente, Lewinsky es productora ejecutiva de "Amanda Know: una retorcida historia" junto con la propia Knox, tras haber coproducido la miniserie de Ryan Murphy de 2021, Impeachment: American Crime Story, que relata la historia de su romance con el entonces presidente estadounidense Bill Clinton desde su perspectiva.
Algunos de estos proyectos, como el drama de Lewinsky, se han realizado con la participación de sus protagonistas, mientras que otros, como Pam and Tommy de Hulu, sobre el escándalo del video sexual de Pamela Anderson, se han realizado sin ella.
Sin embargo, como Jessica Bennett plantea en The New York Times sobre este subgénero de producciones que "reclaman la narrativa":
"No es ningún secreto que a los humanos nos encanta consumir espectáculo, y nos encanta aún más un espectáculo cuando involucra mujeres y sexo. Pero ¿en qué momento se vuelven la representación ficticia de ese espectáculo y nuestra forma de verlo tan malas como si estuviéramos viendo la acción de primera mano?".
El objetivo de Knox

Knox ha declarado que la serie pretende destacar que el verdadero asesino fue Guede, lo cual es válido, dado que Guede recibió un juicio acelerado y fue condenado por el asesinato fuera del ojo público, sin estar sujeto al mismo intenso escrutinio mediático que Knox.
Recientemente declaró a Newsweek: "A nadie le importa el tipo que asesinó a mi compañera de habitación. Creo que eso es muy indicativo de lo que ocurría en aquel momento, y de lo que siempre ha ocurrido con este caso, que es la idea de que ni siquiera se trató realmente de Meredith".
"La verdad sobre lo que le ocurrió y la verdad sobre la persona que lo cometió se perdieron por completo en aras de una historia escandalosa".
Sin embargo, la dramatización es errónea. Esta triste historia tiene dos víctimas, pero al centrarse en las experiencias de Knox, margina la muerte de Kercher, alterando el delicado equilibrio de un caso donde una víctima nunca vivió para contar su propia historia.
Los dos últimos episodios, llenos de autocomplacencia, lo ponen de relieve. Se dedica mucho tiempo a escenas exageradas en las que Knox se encuentra cara a cara con su fiscal Mignini (Francesco Acquaroli) en una iglesia de Italia, confrontándolo por su firme convicción de que ella cometió el crimen.
Sorprendentemente, este encuentro realmente tuvo lugar en Perugia en 2022. En la serie, melodramáticamente, Mignini termina llorando y diciendo al cielo: "Dios nos ve sufrir a ambos".

Incluso en el breve homenaje a Kercher al final de la serie —un montaje estilo video casero de una Kercher sonriente (interpretada por Rhianne Barreto), riendo y haciendo tonterías en Italia—, Knox vuelve a ser el centro de atención.
Dice en voz en off: "Fue el destino que Meredith estuviera en casa esa noche y no yo. Tuve suerte", y continúa: "Odio tener que rebuscar en una década de mi trauma solo para encontrar recuerdos de ella. Nunca tuve la oportunidad de llorarla… Voy a volver. Lloro por las dos".
Se podría argumentar que el hecho de que la hermana de Kercher —hablando en nombre de la familia— no quisiera tener nada que ver con esta producción hubiera debido llevar a Knox, a Lewinsky y a los demás involucrados en la creación de la serie a cuestionar todo el proyecto, sobre todo si se hizo a expensas de la otra víctima agraviada.
En declaraciones a The New York Times en 2022, Lewinsky declaró con franqueza que habría preferido que la dramatización de sus interacciones con Clinton no existiera en absoluto.
"Espero que sea la última vez", dijo sobre el recuento de su historia.
Sin embargo, como explicó en 2021 al mismo periódico, si se iba a crear una serie de televisión —y si no era la de Ryan Murphy, eventualmente sería otra—, quería estar presente, tener cierta sensación de control. "Es mucho mejor vivir esto como parte de algo", dijo, "que intentar desesperadamente averiguar qué hay en la serie".
Sin embargo, esta capacidad de intervenir no es algo que la familia de Kercher haya tenido.
Recordando los sucesos en Italia hace casi dos décadas, Knox declaró recientemente a The Guardian que "Meredith se convirtió en la nota a pie de página de una historia donde yo era la figura central".
Desafortunadamente, la serie de Knox cae en el mismo problema.
Esta es una adaptación de una historia publicada originalmente en BBC Culture. Si quieres leer la original, en inglés, haz clic aquí.

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