Radhamés Hernández Mejía Nací en Santo Domingo de Guzmán, (República Dominicana) en el año 1946. Cursé la enseñanza primaria y secundaria en el Colegio Luis Muñoz Rivera. Inicié mis estudios de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en el año 1964. En abril de 1965 se produce un conflicto armado en la República Dominicana, por lo que mi familia decide que continúe mis estudios en España. En octubre del año 1965 comienzo la Licenciatura en Medicina y Cirugía en la Universidad de Valladolid. En el año de 1968 me presenté voluntariamente como alumno ayudante en la Cátedra de Microbiología e Higiene y Sanidad del Profesor Dr. Emilio Zapatero Ballesteros. En el año de 1970 ingresé en la Academia de Alumnos Internos de la Universidad de Valladolid, en virtud de oposición, como Alumno Interno de Microbiología e Higiene y Sanidad, prestando mis servicios en la citada Cátedra. Ese año se jubiló por edad reglamentaria el Prof. Zapatero Ballesteros obteniendo al año siguiente la plaza de Catedrático el Prof. Dr. Antonio Rodríguez Torres. Finalizados los estudios de la Licenciatura en junio de 1972, fui admitido para realizar los estudios de la Especialidad de Microbiología e Higiene y Sanidad, en el Hospital Clínico de la Universidad de Valladolid, de acuerdo a la Ley de Especialidades de 1955, vigente en esa época. Finalizados los correspondientes estudios en el año de 1975, obtuve los Títulos de Médico Especialista en Microbiología y de Médico Especialista en Higiene y Sanidad. Durante el curso académico 1972-1973 me matriculé y realicé los Cursos Monográficos del Doctorado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. José María Izquierdo Rojo Nací en Oviedo, Asturias, en 1944. Estudié Medicina en Valladolid y me especialicé en Neurocirugía en Madrid. Amplié estudios en Paris, Basilea, Viena, Los Angeles y Toronto, en estancias cortas, siempre becado por instituciones a las que guardo profundo agradecimiento (Consejo de Colegios Médicos, Gobierno de Francia, Consejo de Europa, Fundación “del Amo”, etc.). Trabajé en Santander, Valladolid, Madrid y Oviedo, como neurocirujano y profesor de las respectivas Facultades de Medicina. Posteriormente obtuve la Cátedra de Neurocirugía de la Universidad de Cantabria. Mi oficio ha sido, pues, intentar curar a los enfermos y enseñar a los jóvenes a intentarlo, siempre por medio de la Cirugía: la forma más bella, rápida y eficaz de curar al hombre enfermo. También he tratado de distraer a algún benévolo lector con mis escritos. Como puede comprobarse en mi breve currículum literario, he dedicado algún tiempo y algún esfuerzo al cultivo de las letras y del humanismo médico