Un número récord de médicos extranjeros que trabaja en el Servicio Nacional de Salud británico se está marchando del Reino Unido, según han alertado los responsables del sector. Dicen que se están yendo por el insoportable clima de hostilidad establecido en el país contra los foráneos que ha acabado adoptando el propio gobierno laborista y que está espoleando el racismo en la sociedad y en los centros sanitarios.
En total, este año se han marchado 4.900 médicos, un 26% más que en el año anterior. El aumento de médicos extranjeros que renuncian coincide con un estancamiento de los que vienen a trabajar. Esto preocupa a los responsables sanitarios por la enorme dependencia que tienen los hospitales británicos de los inmigrantes ya que el 42% de sus médicos son extranjeros y por el problema de falta de personal sanitario que hay desde hace décadas.
El presidente de la Asociación Médica Británica, el doctor Kochhar, ha declarado que la atención médica en el Reino Unido se habría derrumbado hace tiempo sin los galenos de fuera.
La situación podría empeorar porque, según una encuesta, hasta 50.000 enfermeras estarían pensando en abandonar el Reino Unido debido a los planes de inmigración del gobierno.
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