Este miércoles comienza el tercer día de conversaciones en Sharm el-Sheikh, Egipto, entre Hamás e Israel para alcanzar un alto el fuego en Gaza. Se espera la llegada de los emisarios estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner a las costas del mar Rojo. Entre los puntos delicados de las negociaciones se encuentra el intercambio de rehenes por la liberación, muy esperada por la población palestina, entre ellos, condenados por asesinato, como Marwan Barghouti.
Marwan Barghouti, de 66 años, es en Cisjordania un símbolo de la lucha contra Israel.
Fue condenado a cadena perpetua en 2004 por cinco asesinatos, intento de asesinato y pertenencia a organización terrorista. En Cisjordania, muchos lo consideran el “Mandela palestino”, como este cliente con el que se encontró nuestro corresponsal, Luca Lazo, en un café de Ramala: “Es un hombre sencillo, que luchó por su pueblo y sacrificó gran parte de su vida en prisión, donde siguió militando como Mandela. Quería la paz con Israel, pero preservando los derechos del pueblo palestino”.
Barghouti, “un héroe para el pueblo palestino”
Este antiguo dirigente de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa es uno de los 301 presos que cumplen cadena perpetua en las cárceles israelíes. Su nombre se menciona con frecuencia, tanto en los territorios palestinos como en el extranjero, para retomar el testigo de las posibles negociaciones de paz, o incluso para convertirse en el próximo presidente de un Estado palestino.
Su liberación es una prioridad para Hamás, así como para Hussam, que lo considera una figura de consenso: “Es como el igual de Yasser Arafat, casi el 90 % de los palestinos lo apoyan… Hamás, Fatah, porque es un héroe para el pueblo palestino”.
Una razón suficiente, según Hussein, para que las autoridades israelíes se nieguen a liberarlo. “Aunque no sea importante para los israelíes, no lo liberarán porque es importante para los palestinos… Por lo tanto, me temo que recuperarán a los rehenes y que detrás no cambiará nada”, opina.
Además de la de Marwan Barghouti, Hamás exige la liberación de 250 presos condenados a cadena perpetua por delitos de sangre. Una petición que Israel estudia caso por caso, negándose a liberar a las personas relacionadas con los atentados del 7 de octubre.
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