Se calcula que entre 300 y 400 obras han sido afectadas por esta fuga de agua, la mayoría de ellas revistas de egiptología y documentación científica utilizadas por los investigadores. Se trata principalmente de obras encuadernadas que datan de finales del siglo XIX y principios del XX.
Sin embargo, Francis Steinbock, administrador general adjunto del museo afirmó que «en este momento, no tenemos pérdidas irremediables y definitivas en estas colecciones».
Según el Louvre, la fuga de agua se descubrió el 26 de noviembre en la red hidráulica que alimenta los equipos de calefacción y ventilación de la biblioteca y se debió a la apertura por error de una válvula de este sistema, lo que provocó una fuga en una tubería del techo de una de las salas.
«Totalmente obsoleta», esta red hidráulica lleva varios meses desconectada y debe ser sustituida a partir de septiembre de 2026, explicó Steinbock. «Vamos a reforzar las medidas de seguridad para evitar cualquier error humano» hasta entonces, añadió, calificando el incidente de «extremadamente lamentable».
Se está llevando a cabo una investigación interna para determinar las causas precisas que provocaron esta fuga. Para financiar su modernización, su consejo de administración aprobó recientemente un aumento del 45 % en el precio de la entrada para los visitantes no europeos, a partir de 2026. El Louvre espera obtener con este aumento ingresos adicionales para hacer frente a los problemas estructurales del edificio.
El museo más visitado del mundo recibió 8,7 millones de visitantes en 2024, de los cuales el 69 % eran extranjeros.
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