Logran acuerdo para reformar la financiación de la conservación de la naturaleza

Los delegados de más de 150 países reunidos en Roma en el marco de la COP16 lograron un compromiso sobre una hoja de ruta hasta 2030 para aumentar la financiación destinada a la preservación de la biodiversidad. 'Es un éxito que no estaba garantizado tras el bloqueo ocurrido en la COP16 en Cali', comenta la enviada especial de RFI, Lucile Gimberg.

Cuatro meses después de un fracaso estrepitoso en Colombia, el mundo evitó un nuevo fiasco para el multilateralismo ambiental al adoptar anoche en Roma un compromiso de última hora sobre la financiación de la preservación de la naturaleza.

Los negociadores internacionales también adoptaron las condiciones bajo las cuales los esfuerzos de los Estados para proteger la naturaleza serán evaluados a nivel mundial en la próxima COP, prevista para 2026 en Armenia, en el Cáucaso.

"Hemos dado brazos, piernas y músculos al acuerdo de Kunming-Montreal sobre biodiversidad", declaró en sesión plenaria la presidenta de la COP, la ministra colombiana de Medio Ambiente, Susana Muhamad, tras la adopción de estos textos sobre financiamiento y mecanismos de seguimiento. Estos textos son clave para aplicar los objetivos aprobados a finales de 2022 en Montreal para detener la desaparición de la vida en el planeta de aquí a 2030.

El acuerdo marco de Kunming-Montreal establece que, para 2030, los países deberán proteger el 30 % de las tierras y los océanos del mundo, restaurar al menos el 30 % de los ecosistemas degradados, reducir a la mitad los riesgos asociados al uso de pesticidas y eliminar progresivamente los subsidios perjudiciales para la naturaleza. Para cerrar la brecha de financiamiento necesaria para cumplir estos objetivos, los países reunidos en Roma establecieron una hoja de ruta de cinco años para evaluar y mejorar los instrumentos financieros y decidir en 2028 si es necesario crear un nuevo fondo.

El arte del compromiso

Los países del Sur y del Norte tuvieron que hacer concesiones para alcanzar este acuerdo. María Angélica Ikeda, jefa de la delegación brasileña, explicó: "Queríamos garantías de que, durante el proceso, estaríamos corriendo un maratón, pero no sobre una cinta de correr. Hay una línea de meta, y eso es lo que todos los países en desarrollo querían".

Este éxito, conseguido tras intensas negociaciones en la sede romana de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), también representa un respiro para la cooperación internacional en materia ambiental, debilitada por el estancamiento de las negociaciones sobre la contaminación plástica, el fracaso de las conversaciones sobre desertificación y las tensiones entre el Norte y el Sur en torno a la financiación climática.

“Es una muy buena señal para el resto del año, para las negociaciones sobre contaminación plástica que se avecinan y para las negociaciones climáticas a finales de 2025”, afirmó el ministro noruego de Medio Ambiente, Andreas Bjelland Eriksen.