Representantes de más de 50 organizaciones indígenas viajan a bordo de la 'Flotilla Yaku Mama' desde Ecuador hasta Brasil para llevar sus mensajes a la cumbre climática de Belém. RFI conversó con Leo Cerda, representante Kichwa y uno de los tripulantes de la flotilla. Pide el fin de los proyectos petroleros en la Amazonía.
La flotilla Yaku Mama -“madre agua” en quechua- zarpó el 16 de octubre de Ecuador con representantes de 60 organizaciones a bordo para recorrer Perú, Colombia y Brasil hasta la Cop30 de Bélem en la desembocadura del Amazonas. Leo Cerda, representante Kichwa de Napo, en la amazonia ecuatoriana, es uno de ellos y contó a RFI algunas etapas de este periplo de cerca de 3000 km en el Amazonas hacia la cumbre climática que arranca el 10 de noviembre.
En sus diferentes etapas, los tripulantes de la caravana fluvial compartieron experiencias con comunidades locales que enfrentan retos ambientales tales como la tala ilegal de árboles, la minería ilegal y las consecuencias de explotación petrolera.
“Paramos en la comunidad Serena que es mi comunidad. Nosotros tenemos la primera guardia de mujeres indígenas. Están trabajando para hacer un monitoreo de la deforestación y de los puntos de minería ilegal en el sector. Después, fuimos al Coca donde hicimos una actividad simbólica: el entierro de los combustibles fósiles y de esta industria obsoleta que ha causado suficiente daño en la Amazonía”, cuenta Leo Cerda por teléfono, durante una escala en la ruta de la flotilla.
“En Perú, en la frontera, visitamos dos comunidades que nos hablaban de sus experiencias de monitoreo en los territorios, sobre todo por el tema de la tala ilegal que tienen en ese sector. Se puede ver también cómo el río se va enfermando, tienen derrames petroleros, tienen ya una contaminación que viene de esa industria”, relata el representante Kichwa.
Los activistas recuerdan que Perú registró 831 derrames de petróleo entre 2000 y 2023, y Ecuador 1584 entre 2012 y
2022, mientras que la exploración petrolera en el bloque FZA-M-59 en la desembocadura del Amazonas, impulsada por el gobierno de Lula, suscita controversias porque contradice la necesidad de global de parar los nuevos proyectos petroleros.
En Brasil, el itinerario de la caravana incluye encuentros con comunidades impactados por el mercurio que se usa en la minería ilegal y visitas a comunidades quilombolas -afrodescendientes- que luchan por la Amazonía.
Los integrantes de la flotilla Yaku Mama llevarán a la COP30 varias reivindicaciones. “Hemos podido ver cómo la industria extractiva de combustibles fósiles ha contaminado nuestros bosques. Tenemos que dejar de usar combustibles fósiles”, exige Leo Cerda.
La protección de los defensores del territorio, el derecho a la consulta previa, libre e informada y la inclusión de los pueblos indígenas en las acciones de mitigación del cambio climático y de adaptación, son otras de las reivindicaciones de los representantes autóctonos de esta caravana.
También exigen “que se cumpla el acuerdo de París y que realmente se cumplan los objetivos de financiamiento”, uno de los principales temas en la agenda de negociaciones de esta COP organizada por Brasil.
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