Donald Trump lo dijo y lo repitió, quiere comprar Groenlandia. Incluso en una ocasión no descartó usar la fuerza para apoderarse de este territorio autónomo danés en el Ártico. Además, su vicepresidente JD Vance visitó la isla sin haber sido invitado, hace un mes. la capital de Groenlandia. Son apenas 57. 000 habitantes en un territorio más grande que México. ¿Cómo han reaccionado los ciudadanos frente a las amenazas de Donald Trump? Hemos ido a Groenlandia a preguntarlo.
Informe de la enviada especial de RFI en Nuuk (Groenlandia)
La historiadora Ujammiugaq Engell es Inuit por parte de su padre y danesa por parte de su madre. Ella siente rabia frente a las amenazas de la Casa Blanca. “Estoy dispuesta a luchar contra esto con todo mi ser. ¿Tengo derecho a decir insultos? Quiero que este hombre se mantenga lo más lejos posible de aquí”, explica a RFI.
El país no está ni a la venta ni esta para conquistar, esa es la posición mayoritaria. Una encuesta publicada en enero concluyó que sólo el 6% de los que contestaron querían formar parte de Estados Unidos.
La presión ejercida por Washington ha reactivado el debate sobre la independencia del país. Más del 80% de los encuestados en enero estaban a favor de la independencia. La pregunta es cuándo y cómo se haría.
La campaña electoral en marzo giró en torno a este tema y el partido que defiende la independencia a corto plazo, Naleraq, duplicó su número de escaños en el Parlamento.
“Los medios extranjeros nos preguntan qué pensamos de Trump. Pero, ¿qué pensáis de los daneses que se adueñaron de nuestro territorio? Mirad aquí el mapa de Groenlandia, esto es el Reino de Dinamarca. ¡A nosotros los groenlandeses no nos pertenece!”, denuncia Pele Broberg, presidente de los independentistas.
Su partido quedó en segundo lugar, por detrás de Demokraatit, el partido del nuevo primer ministro, que aboga por la independencia a largo plazo y por mantener una estrecha relación con Dinamarca, en una sociedad más polarizada que antes.
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