La Comisión Europea propone este viernes 19 de septiembre una nueva batería de sanciones contra Rusia. Preparadas desde julio, se trata del decimonoveno paquete desde febrero de 2022, pero este es especial: la Unión Europea (UE) lo ha diseñado en parte para complacer a Donald Trump, con la esperanza de arrastrar a Estados Unidos a la lógica europea. China y la India podrían ser objeto de sanciones, mientras que el gas ruso volvería a ser blanco de estas.
Con nuestro corresponsal en Bruselas, Pierre Benazet
Inicialmente, la Unión Europea había preparado principalmente sanciones contra los hidrocarburos rusos y ciertos circuitos financieros. En particular, las criptomonedas, los nuevos bancos de Rusia y Asia Central, así como los buques fantasma que transportan petróleo y gas rusos, cuya lista se ampliará.
Pero, más allá de estas medidas, los europeos han añadido varias líneas de sanciones tras consultar con Washington, lo que constituye una novedad. Estas consultas dieron lugar el miércoles 17 de septiembre a una reunión entre la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y Donald Trump. Este último había pedido a los europeos que impusieran aranceles a China y dejaran de abastecerse de hidrocarburos rusos.
Medidas para “obligar” a Washington
Por lo tanto, la UE ha reforzado las medidas previstas: sanciones contra las refinerías chinas que importan crudo ruso y la prohibición de importar gas natural licuado (GNL) se adelanta al 1 de enero de 2027.
La esperanza europea es obligar a Estados Unidos, ya que algunos consideran que el presidente ruso podría haber llamado simplemente a los primeros ministros de Hungría y Eslovaquia para que siguieran importando gas ruso. Con estas sanciones pensadas para satisfacerlo, ya no tiene muchos pretextos para rechazar la imposición de sanciones estadounidenses.
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