En un momento en el que los europeos intentan encontrar una línea común ante la retirada de Estados Unidos de Ucrania, Emmanuel Macron pasa a la ofensiva para situar a Francia en el centro de la estrategia del continente. Pero el Jefe del Estado va a tener que lidiar con la resistencia en casa. La extrema derecha y la extrema izquierda rechazan esta posibilidad.

Por Aurélien Devernoix

Ya lo ha planeado todo, o casi todo. En entrevistas con la prensa francesa, el presidente francés expone la estrategia que le gustaría que aplicaran los europeos: una tregua en los combates aéreos y marítimos y en las infraestructuras energéticas ucranianas, seguida de negociaciones de paz y, por último, el despliegue de una fuerza europea que garantice el fin de los combates. Emmanuel Macron no cree en un acuerdo ruso-estadounidense y quiere impulsar la reanudación de las conversaciones entre Washington y Kiev. Pero no se hace ilusiones sobre las futuras posiciones de Donald Trump.

“Lo ocurrido en el Despacho Oval contribuye a nuestra toma de conciencia colectiva”, afirma Emmanuel Macron, que asegura haber hablado por teléfono con Volodimir Zelenski y con el presidente estadounidense el viernes por la noche. No reveló ningún detalle de estas conversaciones, pero advirtió: “Si Estados Unidos concluyera un alto el fuego sólo con Rusia, sería una violación del derecho internacional, sería una ruptura profunda” y, teme, una señal a Moscú para ir más lejos, hacia Moldavia o incluso Rumania.

“¿Queremos elegir o padecer” nuestro destino?

No es algo que a Washington le interese, afirma el Presidente francés, al tiempo que aboga por una acción rápida de la Unión Europea en favor de una defensa común. “Es hora de un despertar estratégico europeo”, afirmó el Presidente, que se preguntó: “¿Queremos elegir o padecer” nuestro destino? Para evitar el padecimiento, no es de extrañar que Emmanuel Macron presente su viejo proyecto de un sistema de defensa europeo, financiado por la UE con al menos 200.000 millones de euros, basado en el modelo de la lucha contra el Cóvido-19, con el arsenal nuclear francés en el centro.

Salvo que este último punto dista mucho de contar con un apoyo unánime en Francia. En la extrema izquierda, se topa con el rechazo de La Francia Insumisa (LFI) y el Partido Comunista Francés (PCF). El líder del PCF, Fabien Roussel, expresó su hostilidad a la idea de un ejército europeo el domingo 2 de marzo. Pidió una conferencia de paz europea con la participación de Rusia para negociar en profundidad en lugar de llegar a una paz diseñada “para rearmarse”.

La LFI considera que el aumento de los gastos militares beneficiará sobre todo a la industria estadounidense. El líder del grupo LFI, Jean-Luc Mélenchon, también criticó duramente la celebración de la cumbre europea en el Reino Unido, 3el único país que ha abandonado la UE y el más directamente vinculado a Estados Unidos”. Una “cumbre del vacío” destinada a vender “una economía de guerra”, añadió, y respaldó la propuesta del ex primer ministro derechista Jean-Pierre Raffarin: abandonar la OTAN.

En cambio, el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, afirmó este lunes que está “totalmente de acuerdo” con las propuestas de Emmanuel Macron sobre defensa y disuasión europea ante la nueva situación creada en Europa por las políticas de Donald Trump.

“La Comisión Europea se está extralimitando totalmente en sus competencias”

La Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) también se opone a los planes del Jefe del Estado y de sus aliados europeos. Marine Le Pen criticó duramente el anuncio de Ursula von der Leyen de un plan para rearmar Europa, que se presentará en Bruselas el 6 de marzo. “La Comisión Europea se extralimita totalmente en sus competencias”, arremetió la líder de RN, que prosiguió: “Debemos rechazarlo con todas nuestras fuerzas”. Marine Le Pen ya había criticado la falta de mediación de Francia en el conflicto ruso-ucraniano durante su visita al Salón de la Agricultura el sábado. Esto suscitó una dura respuesta de Emmanuel Macron, que señaló que ella no se había dignado a asistir a la reunión sobre la situación en Ucrania organizada en el Palacio del Elíseo el 20 de febrero de 2025.

Estas voces discrepantes no dejarán de oírse a principios de esta semana: se han organizado dos debates sobre Ucrania y la seguridad europea en la Asamblea Nacional, el lunes 3 de marzo, y en el Senado, el martes 4 de marzo.


Una disuasión nuclear independiente

Desde su creación, el sistema de disuasión de Francia, diseñado por el general De Gaulle, ha sido completamente independiente y se ha basado en la evaluación por un solo hombre, el presidente de la República, de una amenaza para los intereses vitales del país.

En febrero de 2020, Emmanuel Macron destacó la “dimensión genuinamente europea” de los intereses vitales de Francia, aunque esto no quedó sin respuesta. Y en abril de 2024, dijo estar dispuesto a “abrir el debate” sobre una defensa europea que podría “incluir la defensa antimisiles, las armas de largo alcance, las armas nucleares para aquellos que las tengan o que tengan armas nucleares estadounidenses en su suelo”.

El viernes también señaló que su “doctrina nuclear conserva un cierto misterio porque la ambigüedad forma parte de su eficacia”. Así pues, Francia no va a decir de antemano dónde podría atacar, “eso es decisión del jefe de las fuerzas armadas”, es decir, del Presidente, añadió.

Con AFP

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