El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, anunció este jueves 13 de marzo una reforma radical al Sistema Nacional de Salud, que empieza por la eliminación del NHS England, organismo que gestiona todo lo referente a la atención médica del Estado. Este cierre implicaría recortar 10.000 puestos de trabajo.
Es una reforma radical del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) que consiste en suprimir el organismo que lo gestiona actualmente, NHS England, creado por los conservadores en 2013, para que vuelva a ser gestionado directamente por el ministerio de Sanidad.
El objetivo es crear un servicio mucho más eficiente para los ciudadanos, reduciendo la burocracia e invirtiendo en la Inteligencia Artificial, que es una de las grandes apuestas del gobierno de Keir Starmer.
El Servicio Nacional de Salud es la joya de la corona del sistema de bienestar británico. Se encuentra desde hace décadas en una profunda crisis, en estado terminal se podría decir, con listas de espera para los pacientes de días antes de ser atendidos por la falta de personal médico y con buena parte de sus servicios semiprivatizados.
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Un recorte del 50% del personal
Es la prioridad de cada nuevo gobierno que llega al poder y fue uno de los grandes eslóganes del Brexit pero cada vez está peor.
El primer ministro ha dicho que, con esta reforma, ahorrarán cerca de 60.000 millones de dólares al año.
Sin embargo, la reestructuración implicará el recorte del 50% del personal. Recortarán 10.000 puestos de trabajo y esto genera una gran preocupación en los sindicatos, que desconfían de la reforma.
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