Israel anunció el martes 23 de septiembre que el paso fronterizo de Allenby, que conecta este territorio palestino con Jordania, iba a ser cerrado. En pocas palabras, esto significa que los más de tres millones de palestinos de Cisjordania ocupada quedan ahora confinados en este territorio que no dispone ni de aeropuerto ni de salida al mar. Los enfermos, los estudiantes y las personas que viajan por motivos laborales o familiares se encuentran ahora bloqueados.
Con nuestra corresponsal en Ramala, Amira Souilem
Se trata de un anuncio con graves consecuencias para los palestinos de Cisjordania ocupada. Para Eyad Amawi, trabajador humanitario en Gaza, “Allenby” es ante todo el nombre de un puesto fronterizo por el que transitaba parte de la ayuda destinada al enclave palestino.
Un balde de agua fría
El anuncio de su cierre le cayó como un balde de agua fría. “Es una mala noticia. El cierre del paso fronterizo de Allenby significa que las misiones médicas no podrán pasar. Lo mismo ocurre con los camiones que llegan desde Jordania a Gaza. Lo mismo ocurre con otros envíos que no podrán pasar por este puesto fronterizo”, lamenta el trabajador humanitario. “Así pues, solo quedan los pasos fronterizos de Karam Abu Salem y Kissufim, en ocasiones, para los camiones”, agrega.
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El grado de sufrimiento "aumenta"
Para Eyad Amawi, el momento en que se ha hecho este anuncio no es casual. “Nadie sabe cuál será la próxima medida punitiva que tomarán. Tras el reconocimiento del Estado de Palestina, han decidido aumentar el grado de sufrimiento”.
El anuncio se produce, efectivamente, menos de 24 horas después de la decisión de varios países, entre ellos Francia, de reconocer el Estado de Palestina. Pero también cinco días después de un ataque mortal —en ese mismo puesto fronterizo— en el que murieron dos soldados israelíes.
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