Combatientes del PKK destruyeron sus armas en una ceremonia celebrada este 11 de julio en el Kurdistán iraquí, dos meses después de que los rebeldes kurdos anunciaran el fin de más de cuatro décadas de lucha armada contra el Estado turco.
El grupo armado kurdo PKK ha iniciado su desarme, uno de los pasos más importantes dentro del proceso de paz negociado con el Gobierno turco para poner fin a más de 40 años de conflicto que han dejado más de 45.000 muertes.
Un grupo de unos 40 militantes y comandantes del PKK entregaron sus armas a efectivos de la seguridad iraquí en una cueva de la provincia de Suleymaniya, en la región kurda de Irak. Y prendieron fuego a las armas en un acto fuertemente simbólico.
En un comunicado posterior, los miembros del grupo armado kurdo subrayaron “la importancia histórica de este paso”, en un momento en que Oriente Próximo se ahoga en sangre.
Proceso de paz "irreversible"
El proceso de entrega de armas ha sido cuidadosamente supervisado por los servicios de espionaje turcos, y según la prensa turca cambió del lugar por razones de seguridad.
También participó una nutrida delegación de dirigentes políticos kurdos de Turquía y de asociaciones de derechos humanos, incluidos varios diputados muy involucrados en la negociación entre el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan y la organización kurda.
El proceso comenzó a gestarse entre bambalinas el año pasado y en febrero, el fundador del PKK, Abdullah Öcalan, encarcelado en Turquía, hizo un llamamiento a la disolución y desarme del grupo armado. Posteriormente en mayo, los dirigentes y representantes se reunieron en un congreso y aprobaron la disolución del grupo.
Con este inicio del desarme del PKK, fuentes del Gobierno turco aseguran que el proceso de paz es ya "irreversible" y subrayan que se abre una era de esperanza y reconciliación.
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