Tras más de tres años de guerra, el ejército ruso sigue buscando combatientes para enviarlos al frente ucraniano. El Kremlin recluta hombres en Asia, en el continente africano, pero también, y esto es nuevo, en Oriente Medio. Algunos jordanos afirman haber sido contratados como combatientes contra su voluntad.Tras más de tres años de guerra, el ejército ruso sigue buscando combatientes para enviarlos al frente ucraniano. El Kremlin recluta hombres en Asia, en el continente africano, pero también, y esto es nuevo, en Oriente Medio. Algunos jordanos afirman haber sido contratados como combatientes contra su voluntad.
Los testimonios recopilados por el sitio web de noticias Middle East Eye cuentan todos la misma manipulación por parte de Rusia. Un anuncio en Telegram promete un empleo no combatiente para el Ministerio de Defensa ruso. La recompensa: un salario de 2.000 dólares, la nacionalidad rusa y un empleo en una empresa privada.
Una promesa de un futuro mejor que seduce a Saleem, un ciudadano jordano que acaba de perder su trabajo en un restaurante. Pero al aterrizar en Briansk, el cincuentón entrevistado por el medio de comunicación se da cuenta de que va a ser enviado al frente en la cercana Ucrania.
Intenta huir, sin éxito. Hoy, su mujer pide ayuda a las autoridades jordanas. Esta historia de reclutamiento forzoso es una entre muchas otras. El pasado mes de enero, RFI pudo contactar con un camerunés, víctima de esta estafa.
Es difícil tener una cifra precisa, pero cientos o quizás incluso miles de nepalíes, ghaneses o senegaleses ya están siendo utilizados como carne de cañón por el Kremlin. A falta de efectivos, el ejército ruso se ve obligado a buscar hombres en el extranjero.
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