Dado que los mercados de drogas son ilegales, la agencia de estupefacientes de Francia (OFDT) reconstruyó su tamaño a partir del gasto de los usuarios, mediante estudios epidemiológicos. Se pudo establecer así que en los 13 años que abarca el estudio (2010-2023), los volúmenes consumidos de cannabis aumentaron un 77%, pero el uso parece estancarse desde 2017, con una disminución notable entre los jóvenes.
"Hay dos elementos principales para explicar esa tendencia", explica David Weinberger, responsable de investigación en la Mildeca, la Misión Interministerial de Lucha contra las Drogas y las Conductas Adictivas, socia del informe. «Existe un rechazo cultural hacia todo lo que se fuma. Estamos saliendo de la generación que fuma. El otro punto son los efectos y la imagen del cannabis, que se ha vuelto anticuada». Los consumidores son ahora más mayores, y son sobre todo los usuarios regulares y diarios quienes sostienen el mercado del cannabis.
Efectos estimulantes en auge
Aunque en volumen se vende más cannabis que cocaína en Francia, por primera vez es la cocaína la que genera más ingresos para los traficantes. Las cantidades son incomparables (cerca de 400 toneladas de cannabis en 2023 frente a 47 toneladas de cocaína), pero el precio del kilo de cocaína sigue siendo mucho más alto. Su consumo se ha triplicado desde 2013, en un mercado en plena expansión.
A diferencia del cannabis, el producto es cada vez más barato. Las cantidades producidas en América del Sur se han disparado gracias —o a causa— de mejoras en la productividad. Además, la cocaína responde, en términos de efectos, a las nuevas expectativas de los consumidores.
"Por razones culturales e históricas, quienes buscan productos adictivos tienden a preferir estimulantes», precisa Weinberger. «Es para divertirse o para ser más productivo en el trabajo". Una tendencia que explica el auge de los psicoestimulantes, como la cocaína y el MDMA.
Expansión de los derivados de la coca
Los traficantes de cocaína también buscan diversificarse. Así lo demuestra el crecimiento del mercado del crack, derivado de la cocaína en polvo, desarrollado para las poblaciones más pobres y vulnerables. La heroína también registra un aumento del consumo (+23% en 13 años). Ante la competencia de los opioides sintéticos, los productores de heroína habrían reducido sus márgenes para hacer el producto más atractivo.
Todos estos datos, aunque sean estimaciones, se han recopilado para orientar las políticas públicas. Varios ministerios están implicados: el de Salud, así como el de Interior y el de Justicia.
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