De nuestro enviado especial a la COP30 en Belém, Raphaël Moran.
Durante la primera semana de negociaciones, la presidencia brasileña condujo consultas sobre cuatro temas políticos espinosos, empezando por el financiamiento climático, ya que los países del sur global aún esperan más ayuda para luchar contra el cambio climático.
El segundo tema es la insuficiente reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Tercer tema, las barreras comerciales ecológicas instauradas por países como la Unión Europea o Australia, y cuarto, cómo mejorar la rendición de cuentas sobre la acción climática, temas que aún no generan consensos.
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Aparte de estas consultas informales, se negocia propiamente dicho sobre la transición justa, en la que sí podría haber acuerdos para reconocer la necesidad de ayudar a los sectores perdedores de la transición energética, por ejemplo.
En cambio, aún no se registran avances notorios sobre cómo financiar la adaptación al cambio climático. En ausencia de avances claros, al cabo de esta primera semana, un grupo de países liderado por Francia, Colombia y Kenia proponen una hoja de ruta para que el mundo se aleje de los combustibles fósiles. Esta coalición de naciones ambiciosas ha ido sumando nuevos adeptos.
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