La segunda ronda de negociaciones entre Estados Unidos e Irán sobre su plan nuclear se celebrará este fin de semana en Roma, bajo un marco de amenazas y alta tensión entre estos dos países.
Este fin de semana Roma acogerá la nueva ronda de negociaciones para llegar a un acuerdo nuclear. Después de un cambio de sede de último minuto, muy criticado por el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei. Originalmente, la reunión debía celebrarse en Omán. La razón del cambio de sede no fue comunicada.
Aunque Roma se la sede de la próxima reunión, el ministro de Exteriores de Omán, Badr bin Hamad Al Busaidi, seguirá ejerciendo de intermediario entre el canciller iraní, Seyed Abbas Araghchi, y el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff.
Reunión diplomática bajo alta tensión
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, que se encontraba en Francia asistiendo a una reunión con el fin de negociar un alto al fuego en Ucrania, se pronunció al respecto del tema iraní y urgió a las potencias europeas a tomar rápidamente una "decisión importante" sobre el "restablecimiento de las sanciones" a Irán, la víspera de esta nueva ronda de negociaciones.
Rubio precisó que estas sanciones deben tomarse como medida punitiva, ya que Irán está “claramente fuera del cumplimiento del acuerdo actual (nuclear)”. El jefe de la diplomacia estadounidense realizó estas declaraciones desde el aeropuerto parisino de Bourget, al día siguiente de haberse reunido con sus pares europeos en la capital francesa.
¿Qué está en riesgo en estas reuniones diplomáticas?
A pesar de las tensiones actuales, la primera ronda celebrada en Mascate, capital de Omán, fue calificada por fue el enviado especial de EE. UU., Steve Witkoff, y por el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, como “constructiva”.
Sin embargo, tanto Estados Unidos como Irán mantienen diferencias incluso acerca de lo qué se debe negociar. Para el enviado especial de Estados Unidos, Witkoff, “Irán debe detener y eliminar su programa de enriquecimiento y armamento nuclear”, y las negociaciones deben incluir el potente programa iraní de misiles balísticos.
Por su parte, Irán solo quiere negociar su capacidad nuclear; para ellos no es deseable el desmantelamiento ni discutir su programa de misiles o su apoyo a grupos como los hutíes de Yemen o Hezbolá.
La especialista Carla Martínez Machain, experta en ciencias políticas de la Universidad de Búfalo, Estados Unidos, considera que un acuerdo solo será posible si Estados Unidos acepta ciertas condiciones. “Irán no está dispuesto a abandonar su programa de misiles balísticos debido a los conflictos que se están generando en la región”, explica Martínez Machain. “Si Estados Unidos está dispuesto a pactar un acuerdo que permita a Irán mantener el programa de misiles balísticos y un programa nuclear con fines civiles, es posible que se llegue a un entendimiento”.
Donald Trump frenó un ataque a las instalaciones nucleares iraníes
En este contexto de negociaciones con Irán, responsables de la administración Trump explicaron al diario neoyorquino The New York Times que Israel había solicitado ayuda de Washington para desplegar un ataque en mayo contra las instalaciones nucleares de Irán. El plan y su posible ejecución estuvieron bajo consideración del gobierno estadounidense durante meses. Pero durante una visita a la Casa Blanca del primer ministro Benjamin Netanyahu la semana pasada, Trump dijo a su interlocutor israelí que no iba a respaldar un ataque.
En cambio, el dirigente republicano anunció por sorpresa unas negociaciones con Irán sobre su programa nuclear. Desde su investidura en enero, Trump redobló la presión contra Teherán, endureciendo las sanciones y amenazando con una acción militar si no se alcanza un acuerdo sobre esta cuestión.
Estados Unidos, Israel y otros países occidentales consideran que el programa nuclear de Irán persigue la obtención de la bomba atómica, algo que Teherán niega.
El último informe de esta agencia de la ONU apunta con "grave preocupación" que Irán dispone de 274,8 kilos de uranio enriquecido al 60 %, cuando el nivel necesario para confeccionar una bomba nuclear es del 90 %.
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