Poco más de un mes después de las elecciones legislativas que ganaron los partidarios de la independencia, Frederik X visita este lunes Groenlandia. La visita es muy simbólica porque se produce en un momento en que el presidente estadounidense Donald Trump amenaza con anexionarse el territorio. Aunque los poderes del monarca danés son muy limitados, Copenhague pretende aprovechar la visita para demostrar su acercamiento a la isla ártica.
Con nuestra enviada especial en Nuuk, Justine Fontaine
El Rey de Dinamarca, Frederik X, viaja a la isla ártica en el mismo avión que el nuevo primer ministro groenlandés, Jens-Frederik Nielsen, que completó su primera visita oficial a Dinamarca, durante la cual declaró que su país "no está en venta y nunca lo estará".
La visita del soberano despierta entre los groenlandeses opiniones que oscilan entre la indiferencia y la simpatía. "Es una buena persona, hace cosas buenas, y es bienvenido aquí en Groenlandia", dice a RFI Aka Kleist, una joven de 19 años desde el centro comercial de Nuuk, la capital de Groenlandia.
"La mayoría de la gente de aquí le tiene cariño. Yo soy de los que aprecian la relación que tenemos con Dinamarca", confirma Rune, un hombre de 53 años.
"Dinamarca hace todo lo posible para que el Gobierno de Groenlandia se sienta considerado"
Aunque la relación entre Nuuk y Copenhague parece ser plebiscitada por los groenlandeses, las dos capitales buscan la manera de reforzarla ante las amenazas de anexión de Donald Trump.
Si el rey de Dinamarca visita la isla pocas semanas después de las elecciones legislativas, se debe en gran parte a la presión ejercida por el presidente estadounidense, explica el historiador Ujammiugaq Engell.
"No cabe duda, es obvio que Dinamarca está haciendo todo lo posible para reforzar su relación con Groenlandia y para que el gobierno groenlandés se sienta considerado", afirma.
Como muestra del actual reequilibrio de las relaciones entre Dinamarca y la gran isla autónoma del Ártico, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, acudió a Nuuk justo después del nombramiento del nuevo jefe de gobierno el mes pasado. Esta visita rompió con la práctica anterior, que consistía en que los dirigentes groenlandeses viajaran primero a Copenhague.
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