RFI: ¿Prestar 90.000 millones de euros a Ucrania es una buena solución?
Pablo de Orellana: La solución que encontró la Unión Europea, después de muchísimas horas de negociación, es muy aceptable para Ucrania. Es muy útil y de hecho es un salvavidas, pero solo durante dos años. De aquí a un máximo de año y medio va a volver el problema de cómo financiar la resistencia a la invasión rusa de manera más sostenible. La Unión Europea levantará estos fondos en los mercados de crédito internacionales asegurados como bonos euro. Es decir, es deuda de la Unión Europea a nivel institucional. El plan es que terminando el conflicto Ucrania tendría que negociar para devolver estos fondos, pero estarían asociados y de manera muy vaga, a posibles restituciones o compensaciones que Rusia haría a Ucrania. Ahora bien, ninguno de los planes de paz que se ha discutido incluye ningún nivel de compensación.
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RFI: ¿Un préstamo de envergadura puede reemplazar el recurrir a los activos rusos congelados?
Pablo de Orellana: Los negociadores se dijeron a sí mismos que el hecho de que fuese una solución a muy corto plazo era solo mientras se encontraba una solución más permanente sobre qué hacer con los fondos rusos congelados en Europa. Hay que decir que hay muchos más fondos que esos 200 millones en Euroclear – el depositario de fondos internacional que mantiene los activos en Bélgica.
Por ejemplo, aquí en Gran Bretaña solo el oligarca Román Abrámovich tiene más de 190 millones de libras congeladas en varios bancos después de que vendió Chelsea y otras empresas. El gobierno aún no ha sido capaz de tomar control de esos fondos.
Eso es una solución que va a necesitar muchísimo más tiempo, una solución más estructural y más a nivel europeo. Pero eso va a ser muy difícil. Otra vez por la oposición de países como Hungría que defienden a Rusia en cada oportunidad que tienen. También, en mi opinión, depende de que haya más visibilidad sobre a qué se parecería un tratado de paz al final: porque prestar más dinero si no hay ninguna visibilidad de compensación rusa por los daños causados, o sea un fondo de reconstrucción para Ucrania, puede ser todo un problema.
RFI: ¿El préstamo asegura de alguna manera un futuro acuerdo de paz?
Pablo de Orellana: El gran beneficio de este préstamo, a pesar de todos sus problemas de capital y de que sea de muy corto término, es que le da más fuerza a la mano ucraniana en las negociaciones. Significa que Ucrania tiene dinero para continuar resistiendo, como lo ha hecho hasta ahora, durante los próximos dos años.
Eso ya es remarcable para Rusia. Significa que no va a morirse de hambre. Ucrania iba a rendirse por falta de dinero. Esto sí da un respiro a los ucranianos en que pueden mantener el Estado funcionando. Pueden mantener los salarios, pueden mantener funcionarios y otras funciones sociales, militares, políticas y económicas mientras siguen luchando contra Rusia. Pero es solo un respiro que prolonga el status quo.
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