¿Seguiremos encontrando la mención “hamburguesa vegetal” en los supermercados europeos? El Parlamento Europeo votó el miércoles 8 de octubre la prohibición de términos como “filete”, “salchicha” o “hamburguesa” para productos que no contengan carne. El texto, que pretende regular el uso de la palabra “carne”, fue propuesto por la derecha en nombre de la transparencia y la defensa de la ganadería europea. Sin embargo, el centro y la izquierda denuncian que se trata de un proyecto político e ineficaz.
Con nuestro enviado especial a Estrasburgo, Julien Chavanne
Es un tema que ha caldeado los ánimos en el hemiciclo. Porque hablar de carne en 2025 es eminentemente político. La diputada francesa del partido conservador francés Los Republicanos y miembro del PPE, Céline Imart, defendió la prohibición del término “filete vegetal”: “Estamos asistiendo a una ofensiva de los sustitutos vegetales, pero también de las empresas, especialmente estadounidenses, de tecnología alimentaria, que invierten millones en su carne de laboratorio. Lo siento, pero un filete es un filete. Es carne. Cuando veo un gato, lo llamo gato. Y cuando veo un perro, lo llamo perro. No les digo que eso es un gato-perro. ¡No! De hecho, es lo mismo”.
Falso pretexto
Un falso pretexto para el diputado francés centrista del grupo Renew, Pascal Canfin: “Los que quieren comer carne saben lo que es la carne. Y los que no quieren comer carne saben que una hamburguesa vegetariana no es carne. No hay que tomar a los consumidores y a los europeos por idiotas. Y la paradoja es que gran parte de los que han votado hoy están a favor del Mercosur, cuando la verdadera amenaza para la ganadería europea es, evidentemente, las importaciones de Brasil”.
La mano de los lobbies cárnicos
En Los Verdes, los representantes electos ven sobre todo la mano de los lobbies cárnicos; la ecologista francesa Marie Toussaint condena una operación de comunicación de la derecha europea: “Cuando vemos el estado actual de la agricultura, nos damos cuenta de que se trata solo de una operación de la derecha para intentar desviar la atención de los verdaderos temas”. El proyecto se ha aprobado gracias a los votos de la derecha y la extrema derecha, que una vez más han votado juntos en el Parlamento. El texto aún debe ser validado por los veintisiete Estados miembros.
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