Las celebraciones del 1° Mayo de este año en Francia volverán a estar bajo alta tensión social. La elaboración del presupuesto para 2026 y los 40.000 millones de euros de ahorro que intenta encontrar el Gobierno cristalizan el descontento. Se han organizado más de 250 manifestaciones en toda Francia, aunque los sindicatos marcharán de forma dispersa.
En Francia, los sindicatos Confederación General del Trabajo (la CGT), Force Ouvrière, Solidaires y la FSU, el mayor gremio docente, así como organizaciones juveniles como la UNEF, el sindicato de estudiantes, han lanzado un llamamiento conjunto para defender el aumento de salarios y las jubilaciones. También marcharán por la paz en el mundo.
Este año en Francia, el lema del Primero de Mayo será la lucha “contra la extrema derecha, por las libertades y la justicia social”. Aunque las reivindicaciones a escala nacional se refieren a la reforma de las pensiones y los expedientes de regulación de empleo, los sindicatos CGT, Solidaires y FSU han invitado a los sindicatos internacionales a participar en las procesiones, dado el contexto mundial que pesa sobre los trabajadores.
“1° de mayo: un día no laborable”
Por su parte, la CFDT llama a unirse a los manifestantes para reclamar una Europa que proteja más a los trabajadores. Junto a los sindicatos, también marcharán por las calles las cuatro fuerzas de izquierda que componen el Nuevo Frente Popular. No hay un lema único. Pero todos los sindicatos se oponen a cualquier flexibilización del Código del Trabajo, según el cual el 1° de mayo es festivo.
Algunos senadores y el gobierno exigen que ciertos comercios, como panaderías y floristerías, que ya están autorizados a abrir los domingos, puedan hacerlo también el 1° de mayo. Esta reivindicación estará en el centro de las procesiones. Como también lo será el rechazo a los 40.000 millones de ahorro presupuestario previstos para el gasto público. Estos recortes deberían afectar en primer lugar a las colectividades locales y a los servicios públicos.
Defender a los empleados de ArcelorMittal
Además de las grandes ciudades, Dunkerque, en el norte de Francia, también será un destino clave de las reivindicaciones sociales del 1° de Mayo. Es un lugar importante para la izquierda, porque es en esta ciudad mediana donde la CGT convoca una gran manifestación para defender a los empleados de la siderúrgica ArcelorMittal. Al menos 600 puestos de trabajo están amenazados, 180 de ellos sólo en Dunkerque, donde la empresa es considerada un pulmón económico.
Junto a los sindicatos, el jueves estarán presentes destacados cargos electos, como Olivier Faure, secretario nacional del Partido Socialista, Marine Tondelier, cabeza de los ecologistas, y la diputada de La Francia Insumisa Aurélie Trouvé.
Desde el anuncio de la supresión de puestos de trabajo hace una semana, la izquierda argumenta que la producción siderúrgica es un imperativo estratégico en Francia y pide al Estado que nacionalice las fábricas del país. Esto no está en la agenda del Gobierno, que actualmente se centra en dos palancas en su política económica: la innovación y la inversión.
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