Con nuestro enviado especial a Rangún, Nicolas Rocca
En Birmania, tras las primeras votaciones, no hay resultados oficiales y todo sigue siendo bastante opaco. En una de las 102 circunscripciones que votaron el domingo, la participación fue de alrededor del 30 %. Esto es bastante representativo de la escasa afluencia observada el domingo en los colegios electorales.
Este lunes 29 de diciembre, el ambiente contrasta con el día de las elecciones y los días previos: no hay militares visibles ni puestos de control en las carreteras. La gente está fuera y la vida vuelve poco a poco a la normalidad en Rangún. En un pequeño mercado de la capital, las reacciones ante esta primera fase de las elecciones son dispares: “Ayer era una especie de ciudad fantasma y hoy todo ha vuelto a la normalidad”, cuenta un ciudadano. “Algunos han votado, otros no. Eso es todo, no hay ninguna emoción especial”. “El domingo quería ver qué pasaba, así que fui a votar”, explica otro elector.
Con unas elecciones en tres fases, no todos los barrios de Rangún han votado, por ejemplo, y algunos habitantes se muestran, como mínimo, escépticos: “Es un día como cualquier otro”, dicen estas dos hermanas. “Comemos arroz salteado como todas las mañanas. No estamos muy contentas con estas elecciones. Ayer estaba todo vacío. No fuimos a votar. No sabemos qué esperar, ni siquiera sabemos si podrán organizar el resto de las elecciones”.
Resultados oficiales tras el escrutinio del 25 de enero
Las elecciones se celebran en tres fases y las próximas citas son el 11 y el 25 de enero, fecha en la que se espera que se conozcan los resultados. Sobre el terreno, muchos dudan de la capacidad de la junta para organizar estas elecciones. Para esta primera fase, la junta ha apostado por la seguridad, pero el resto de las elecciones se celebran en parte en zonas que no están totalmente bajo su control.
Pero el ejército avanza sus peones. Desde 2023, ha cambiado el rumbo y tiene el viento a favor. Gracias a la influencia de China sobre los grupos rebeldes y los ejércitos étnicos que se le oponen. Ahora, el objetivo es darse una apariencia de legitimidad democrática e intentar afirmar su regreso a la escena internacional.
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