Muchos coincidiremos en que el lenguaje poético es una de las manifestaciones más elevadas de la expresión humana, y en que se convirtió en un vehículo de reflexión, exploración y belleza del mundo. Esta forma maravillosa de comunicar trasciende la transmisibilidad del significado y se sumerge en lo profundo de la musicalidad, el simbolismo y las imágenes evocadoras.

La importancia del uso poético en la composición del lenguaje, su percepción de la realidad y su impacto en la literatura nos evidencian que, desde los albores de esta, la poesía ha servido como un canal -privilegiado, además-, para la exploración de la experiencia humana. Si nos remontamos a la Poética de Aristóteles, este gran filósofo griego define la poesía como “una forma de imitar la realidad a través del lenguaje -utilizando la mimesis y el ritmo- para generar experiencias emocionales en los lectores”.

Esa perspectiva, tan antigua como las reflexiones sobre el Estado y sus formas políticas, resaltó la función poética del lenguaje como una poderosa herramienta de transformación y enriquecimiento de un mundo altamente sensible.

Un aspecto muy relevante del lenguaje poético es su capacidad para la evocación, esa habilidad de sugerir más de lo que puede expresarse literalmente. Federico García Lorca, por ejemplo, en su obra Romancero Gitano, utiliza la metáfora y el símbolo para construir un universo en el que las palabras adquieren un significado múltiple y totalmente especial. Su “verde que te quiero verde” no solo describe el color, también evoca sensaciones de deseo, nostalgia y la fragilidad humana.

Un elemento característico en la poesía contemporánea es el juego lingüístico y la fragmentación, que han sido recursos claves para expandir las posibilidades del lenguaje. Un referente respecto de esto lo es el poeta Octavio Paz, pues en su obra El arco y la lira se aprecia el poder creador del lenguaje poético y su relación con la percepción y el tiempo. Asimismo, en Piedra de sol, Paz emplea la repetición y el uso rítmico para crear una experiencia circular que refleja la esencia del devenir humano.

Al analizar el poema La tierra baldía, del escritor T.S. Eliot, el poeta Hernán Bravo Varela lo describe como “una pieza coral donde diversas voces se entrelazan, explorando la memoria afectiva y utilizando un lenguaje poético para expresar el colapso cultural y espiritual tras la guerra”.  Conforme a la tradición anglosajona, Eliot despliega la intertextualidad y fragmentación en el uso poético del lenguaje, empleando diversas voces para transmitir la desolación y el caos de la modernidad. Evidentemente, el lenguaje poético no solo embellece, sino que tiene la capacidad de radiar crisis sociales y existenciales.

Ya sabemos que el uso poético del lenguaje no se limita a la poesía, pues se impregna en otras formas de expresión artística y literaria. En la narrativa, un buen ejemplo lo modelan autores como Gabriel García Márquez (Gabo), al incorporar elementos poéticos en sus estructuras y descripciones narrativas, logrando prosas cargadas de un exquisito lirismo.

Vargas Llosa, en su ensayo García Márquez: historia de un deicidio, analiza Cien años de soledad, explorando la relación entre la realidad y la ficción y como Gabo “emplea recursos literarios para enriquecer su narrativa”. De igual forma se muestra cómo la imaginación poética puede enriquecer el lenguaje narrativo del autor colombiano y Premio Nobel de Literatura.

Aunque para explorar el lenguaje poético es fundamental leer y analizar a los grandes poetas, desde los autores clásicos, como William Blake o Dante Alighieri, hasta las contemporáneas Anne Carson y Alejandra Pizarnik, la práctica de la escritura poética, el estudio de la musicalidad del lenguaje y el uso de las figuras retóricas también son esenciales.

¡Que necesaria es la poesía para llevar la vida!

Debo agradecer a quien por ahora llamaré Gitano y a Raquel Lanseros -mi tutora- por estimularme este este camino y mostrarme los colores que no había sido capaz de apreciar en mis trabajos. A través de la literatura, la poesía y la palabra misma, los seres humanos hemos encontrado un refugio donde la expresión trasciende y la realidad se convierte en una experiencia emocional y estética que perdura en el tiempo.

Lizamavel Collado

Política

Lizamavel Collado es periodista, gestora empresarial, especialista en programación macroeconómica, ingeniería financiera, derivados, presupuesto y gestión pública. Presidenta del partido Poder Ciudadano.

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