"Tigre Blanco" (The White Tiger), la adaptación cinematográfica de Netflix de 2021 de la aclamada novela de Aravind Adiga, emerge no solo como una película, sino como un mordaz comentario social que desmantela la narrativa del "milagro indio" con una brutal honestidad. Dirigida por Ramin Bahrani, quien también firma el guion, la película es una obra audaz y sin concesiones que se adentra en las profundidades de la desigualdad de clases, la ambición y la moralidad en una sociedad en ebullición. Con una narración epistolar que recuerda a las fábulas oscuras, Balram Halwai (Adarsh Gourav en una interpretación estelar) nos guía a través de su ascenso de la servidumbre a la riqueza, desvelando las complejidades y las contradicciones de la India moderna.
El Guion y la Narrativa: Una Ficción Desgarradora de No Ficción
El guion de Bahrani es, sin duda, el corazón palpitante de "Tigre Blanco". Mantiene la voz cínica e irónica de Balram, narrada en primera persona a través de una serie de correos electrónicos dirigidos al Primer Ministro chino. Esta elección narrativa no solo es inteligente, sino crucial, ya que permite a Balram, un personaje que se siente invisible para el mundo exterior, finalmente ser escuchado, y a través de su mirada, se revela la verdadera India, lejos de las postales turísticas y los discursos políticos. La estructura es episódica, cada capítulo representa una etapa en la vida de Balram, desde su humilde origen en Laxmangarh hasta su papel como empresario exitoso en Bangalore.
Lo más destacable del guion es cómo maneja el tono. Oscila magistralmente entre el humor negro, la tragedia, la sátira y una cruda realidad. La capacidad de Balram para justificar sus acciones, por moralmente ambiguas que sean, es un testimonio de la profundidad del personaje y de la habilidad de Bahrani para presentarnos una figura que, a pesar de sus crímenes, genera una extraña empatía. Su monólogo interno es un torrente de observaciones agudas sobre el sistema de castas, la corrupción y la naturaleza de la riqueza. Frases como "un hombre con barriga llena es como una serpiente ciega" o "el hombre de una sola barriga es el más peligroso del mundo" son ejemplos de la riqueza lírica y filosófica que impregna el diálogo y la narración.
La construcción de los personajes secundarios es igualmente eficaz, aunque desde la perspectiva sesgada de Balram. Ashok (Rajkummar Rao) y Pinky (Priyanka Chopra Jonas) son representaciones perfectas de la élite occidentalizada de la India: con sus ideales liberales en la superficie, pero incapaces de escapar de los arraigados prejuicios de clase cuando las circunstancias lo exigen. Su complejidad reside en su humanidad defectuosa, no en su malevolencia inherente. El guion evita la caricaturización, presentando a estos personajes como productos de un sistema tanto como Balram.
Sin embargo, el guion no está exento de críticas. Algunos podrían argumentar que la transformación de Balram, aunque convincente, podría haber explorado más matices de su tormento interno, especialmente después del punto de inflexión brutal de la trama. Si bien su cinismo es una coraza, una mayor inmersión en su conflicto moral podría haber elevado aún más la profundidad psicológica. No obstante, la elección de mantener a Balram como un narrador de "cuento de hadas" con un giro oscuro es una declaración por sí misma.
Implicaciones Filosóficas y Sociológicas: El "Gallinero" de la India
“El fin justifica los medios en la faena de un deseo”…
La película no se limita a contar una historia; se sumerge de lleno en las implicaciones filosóficas y sociológicas de la desigualdad en la India. El concepto central que Adiga introduce, y que Bahrani explora con maestría, es el del "Gallinero". Balram lo describe como un lugar donde los pollos están amontonados y saben que van a ser sacrificados, pero ninguno de ellos intenta escapar. Es una metáfora brutal y precisa de cómo las clases bajas en la India están atrapadas en un ciclo de servidumbre y resignación, tan internalizado que se vuelve casi invisible.
Filosóficamente, "Tigre Blanco" cuestiona la meritocracia y la ética capitalista. La historia de Balram desafía la idea de que el trabajo duro y la honestidad son suficientes para ascender en la escala social. En un sistema donde las oportunidades son inherentemente desiguales y la corrupción es endémica, la única forma de "liberarse" es a menudo a través de medios poco éticos o violentos. Balram se convierte en un "tigre blanco", un ser raro y excepcional que rompe las reglas del gallinero, no por su moral superior, sino por su voluntad de hacer lo que sea necesario. Esto plantea preguntas incómodas: ¿es la amoralidad una consecuencia inevitable de la desesperación en un sistema injusto? ¿Es la violencia el único camino hacia la movilidad social para los verdaderamente desposeídos?
Sociológicamente, la película es un espejo de la India contemporánea. Muestra la dicotomía entre la India rural, atrasada y supersticiosa, y la India urbana, modernizada y globalizada, pero igualmente plagada de desigualdades. El contraste entre los barrios marginales y las mansiones lujosas es un recordatorio constante de la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres. La película también aborda la corrupción sistémica, desde los políticos hasta la policía, y cómo esta permea todos los niveles de la sociedad. La familia de Ashok, que representa la "nueva India" educada en Estados Unidos, demuestra que incluso aquellos que intentan trascender las viejas estructuras de casta se ven arrastrados por ellas.
Además, "Tigre Blanco" examina la servidumbre y la dinámica amo-sirviente, un vestigio persistente del feudalismo. Balram es un sirviente que idolatra a sus amos al principio, buscando su aprobación y creyendo en su bondad. Sin embargo, a medida que la realidad de su explotación y la hipocresía de la élite se hacen evidentes, su lealtad se convierte en resentimiento, y su sumisión, en rebelión. La película sugiere que esta dinámica, en la que la dignidad humana es sacrificada por la supervivencia económica, es insostenible y eventualmente conducirá a una explosión.
"Tigre Blanco" es una fábula moderna sobre el poder y la supervivencia en un mundo implacablemente desigual. No ofrece soluciones fáciles ni finales felices tradicionales. En cambio, nos deja con una sensación de incomodidad, obligándonos a confrontar las duras verdades sobre el "progreso" y el costo humano de la ambición desmedida en una sociedad que a menudo sacrifica a los desfavorecidos en el altar del crecimiento económico. Es una película que perdura mucho después de los créditos finales, provocando una reflexión profunda sobre la justicia, la moralidad y la elusiva promesa de la libertad.
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