La Atención Primaria en Salud (APS) es una estrategia a desarrollarse esencialmente desde el primer nivel de atención sanitaria que se enfoca en satisfacer las necesidades básicas de salud de la población, incluyendo la promoción de estilos de vida saludables, prevención de enfermedades y el tratamiento de afecciones comunes. Es una estrategia integral que conecta a las personas con los servicios de salud y prioriza la equidad y el acceso para todos.
El componente salud mental en la APS es un eje esencial para alcanzar una atención integral de salud. Se trata de la identificación temprana de la enfermedad mental, también un diagnóstico oportuno y un seguimiento permanente al tratamiento establecido. Esto implica desarrollar un servicio de salud amplio, humano e integral donde se consideren los factores psicosociales. Estos factores son de gran importancia en lo que respecta a la promoción de la salud y prevención de enfermedades, lo que conlleva cambios conductuales.
El equipo de APS debe estar apoyado de manera sistemática por los servicios de salud mental ambulatorios, tales como los centros comunitarios de salud mental, los servicios de psiquiatría en hospitales generales y especializados y otras modalidades de atención en la comunidad.
Una atención verdaderamente integral no se alcanzará hasta tanto no se incorpore el componente salud mental en el primer nivel de atención
Se destacan siete buenas razones para integrar la salud mental en la Atención Primaria de Salud:
1. La carga que representan los trastornos mentales es grande.
2. La brecha de tratamiento, es decir, la proporción de personas con enfermedades mentales que no reciben el tratamiento, es enorme.
3. Los problemas de salud física y mental están profundamente interrelacionados.
4. La integración de la salud mental en la APS mejora la accesibilidad a los servicios de las personas con problemas de esta índole.
5. La atención de salud mental en la APS promueve el respeto de los derechos humanos y minimiza el estigma y la discriminación que sufren las personas con trastornos mentales.
6. La atención a los problemas de salud mental en la APS es viable y costo-efectiva.
7. La mayoría de las personas que tienen un trastorno mental obtienen mejores resultados cuando se atienden en los primeros niveles de atención.
Es necesario que exista una articulación adecuada entre el primer nivel de atención, que es la base fundamental de la APS, y el nivel secundario. El nivel secundario se trata de un servicio/equipo de profesionales y técnicos con especialización en salud mental, que incluye a trabajadores de diferentes disciplinas, y que tiene la responsabilidad de atender, principalmente de forma ambulatoria, a personas con trastornos mentales moderados o severos, que no han respondido a los tratamientos efectuados en la APS. De igual manera, debe proveer capacitación, apoyo y supervisión. Los requerimientos de hospitalización deben ser mínimos y deben canalizarse, preferentemente, a través de servicios psiquiátricos de hospitales generales o unidades de intervención en crisis.
La integración de la salud mental en la Atención Primaria mejora la accesibilidad y reduce el estigma.
Los equipos de atención secundaria están formados por psiquiatras, psicólogos y servicio de enfermería. A los cuales podrían agregarse otros profesionales y técnicos.
El desarrollo del componente salud mental en la APS es esencial para un abordaje integral del proceso salud-enfermedad de la comunidad. Por un lado, está vinculado con la descentralización y reforma de los servicios de salud mental y, por otro, con el entrenamiento del trabajador de APS para que este sector pueda asumir la atención de gran parte de los problemas de salud mental de la población.
En suma, una atención en salud verdaderamente integral no se alcanzará hasta tanto no se incorpore el componente salud mental en la APS. Ahora que se discute en el Congreso Nacional un nuevo proyecto de ley de Salud Mental, es el momento adecuado para estos fines.
Compartir esta nota