Esperar sin tiempo ni dirección
es difícil, a pesar de la esperanza,
a pesar de la fe.
Es un sinsentido,
es injusto,
es irracional.
Señor, el tiempo es escaso,
irrecuperable,
valioso,
inestimable,
un recurso económico,
un don de Dios.
¿Por qué banalizar el tiempo?
¿Por qué hacer esperar?
¿Por qué desgastarlo?
Enséñanos, Señor,
la importancia del tiempo,
el uso racional,
planificado,
innovador,
estratégico,
productivo.
Ayúdanos a entender y a vivir tu tiempo.