La complejidad de las relaciones internacionales de hoy obligan a mandatorios y lideres actuar con cautela, sobre todo en América Latina y el Caribe donde hoy en el tablero mundial no es una prioridad de nadie, excepto de la República Dominicano,  el caso de Haití.

Afortunadamente el Consejo de Seguridad de la ONU, tendrá una reunión sobre la misma, y hay un compromiso de la OEA sobre seguridad, pero todavía nada en concreto.  Hay que destacar que el mensaje a la Comunidad Internacional del liderazgo político ha sido claro, esta  debe ocuparse del problema de Haití o de los contrarios nos vemos en la obligación de adoptar fuertes controles migratorios.

La cumbre  avanza con pasos lentos a pesar de las críticas formuladas a la oposición por algunos analistas y dirigentes de la propia oposición, quien particularmente escribe este artículo, considera correcta la integración de la oposición, al debate sobre la problemática y haitiana. Un antecedes sustancial para el debate fue el Pacto Nacional, para la formulación y ejecución de políticas de Estado frente a la situación haitiana  firmado en Santo Domingo, el 26 de octubre del ano 2023.

La usencia de políticas nos conduce cada vez  a improvisaciones, muchas veces teatrales que se parecerían a las acciones sobre el Golfo Pérsico,  para dar respuesta a sentimientos sobre este tema en coyunturas electorales. Pero de lo que se trata es de tener respuestas formuladas, afinadas orientadas hacia la protección de la nación dominicana.

Por lo tanto, no estamos en condiciones de implementar nuevos planes de regularización, más bien examinar, sectorialmente las necesidades de nuestros sectores productivos y otorgar bajo su propia responsabilidad, permisos de trabajo con retorno obligatorio donde el contratante sea objeto de multas y negación de nuevos permisos por incumplimiento.  Una especie de lo que se hacía con el anterior Consejo Estatal del Azúcar que contrataba para zafras azucareras y posteriormente se devolvían hacia Haití.

Hubiese sido muy difícil y políticamente muy cuestionado, que los líderes de la oposición Leonel Fernández y Danilo Medina, no se hubiesen integrado a este diálogo convocado por el Presidente Luis Abinader sobre Haití, debido a que la nación dominicana esencialmente después de los acontecimientos de las manifestaciones de Friusa, había alcanzado un alto consenso sobre la necesidad de buscar una solución al problema exigiendo madurez del liderazgo político.

Con esto no estoy diciendo sencillamente que el diálogo fruto del Consejo Económico y Social, vaya a ser altamente satisfactorio, pero deja sentado en la sociedad dominicana, que cuando se trata de la nación se anteponen los intereses nacionales a los particulares.

Un tema álgido de la negociación, evidentemente será el tema migratorio que pasa por la reformulación de la legislación nacional de migración y su propio reglamento, así como la posición del empresariado dominicano sobre la contratación de la mano de obra.

Tal vez ha llegado el momento de que la misma sea revisada conforme a una nueva realidad, pero sobre la base de afinar los controles migratorios, sobre todo aquello que tienen que ver con levantamiento biométricos y facial de pobre aplicación en estos momento.

El gobierno debe ser el de mayor interesado en que el diálogo fructifique con resultados positivos, porque de lo contrario enfrentaría una situación internacional adversa en solitario, como es la amenaza de Kenia de abandonar la misión, el mantenimiento de las bandas, así como también lo relacionado con débil papel desempeñado por la OEA en estos momentos y criticado correctamente por los Estados Unidos.

Avancemos, pues, en estas políticas democráticas que bien pueden ayudar a establecer controles significativos y  pacificar y contener, nuestras relaciones con uno de los socios comerciales que resulta importante y con un flujo migratorio que sin duda alguna se necesita; para generar producción en sectores que todavía están atrasados en el marco de la innovación.

La cumbre debe arrojar resultado es un período máximo de 30 días, con acciones a los diferentes niveles que impacten en las áreas de trabajo, porque si bien  hay conectar con las políticas sobre haitiana, la oposición política no puede entrar en período de discusiones bizantinas que conduzcan a ningún lugar.  La sagacidad política deberá ser puesta en práctica, pero será a la hora que aconseje la prudencia, cuando se tomen las decisiones.

Freddy Angel Castro Díaz

Politólogo/Profesor Universitario

Freddy Angel Castro Díaz. Justicia Constitucional, Interpretación y Tutela de los Derechos Fundamentales. Universidad Castilla La Mancha, 2016. España. Docotr en Derecho, Universidad Autónoma de Santo Domingo. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (UASD). Licenciado en Ciencias Políticas, UASD. Profesor uninversitario.

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