Las redes sociales ponen a prueba, de manera indiscutible, una ola de procesos sociales que someten de forma inmediata a cambios en los mapas demográficos de las naciones. Tanto así, que lo que antes costaba años en la construcción de perfiles políticos, hoy las plataformas sociales lo logran en cuestión de horas.

Estas plataformas han transformado la estructura de la comunicación política y la interacción con los votantes, convirtiéndose en los recursos por excelencia de un arsenal de figuras como Bukele, Donald Trump, Javier Milei y, ahora, el recién electo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani. Esta nueva dimensión de promoción de propuestas gubernamentales se sostiene sobre discursos basados en probabilidades y construidos en torno a la persuasión mediática. Utilizada correctamente, esta persuasión puede provocar el efecto del “voto castigo”, hoy conocido como el “fenómeno Mamdani”: un joven sin dinero, sin una plataforma informativa tradicional y con un apoyo condicionado de la base de su partido.

Mamdani es ahora el alcalde electo de una de las ciudades más caras, difíciles y complejas del mundo. ¿Cuál fue el secreto de su indiscutible éxito? Utilizó el lenguaje por excelencia de la Generación Z, los centennials o zoomers: un grupo de jóvenes cuyo estilo comunicativo modifica la manera en que el mundo se comunica, consume e interactúa en los procesos económicos.

Se les acercó a través de TikTok, YouTube, Instagram y Bluesky, y conectó desde ese espacio virtual casi como una extensión de su propia identidad. Salió a las calles de Nueva York hablando el lenguaje de la gente, sintonizando con las carencias de la clase trabajadora y autodefiniéndose como “socialdemócrata”, una doctrina nacida en la primera mitad del siglo XIX cuyos fundadores, sin duda, se sorprenderían del escenario actual.

En concreto, el proyecto de Zohran Mamdani es irrealizable; pero los votantes no lo eligieron por la garantía de sus promesas, sino porque buscaban un respiro en medio de la corrupta clase política tradicional. A esta generación no le importa si establecerá el cuidado infantil universal o congelará los precios de los alquileres; votaron porque conectó con quienes establecen —y rompen— las nuevas estructuras de la dimensión comunicacional del mundo. Ellos doblegaron a la clase política neoyorquina.

Sus ideas son extremadamente progresistas, pero lograron sintonizar con una ciudad “jarta” de políticos adinerados que solo sirven a sus iguales. Fue un voto generado por una clase intolerante al estrés y ajena a lo tradicional, consumidores visuales e hiperestimulados.

Las plataformas sociales son la nueva cara de la política universal, respaldada por grandes corporaciones pero carente de sentido humano. Y han llevado, en las recientes elecciones locales y estatales estadounidenses, a su próximo alcalde: Mamdani, un joven de 34 años.

Su victoria es parte del movimiento del “despertar” que impulsa el senador de Vermont, Bernie Sanders, y que, según todo apunta, marcará la línea dura con la que este país se enfrentará en las presidenciales de 2028. La tarea para los políticos ya no es si sus propuestas encajan con la realidad de un electorado que no busca contenido o planes de gobierno como herramienta fundamental.

La tendencia cada vez más imperante son los discursos carentes de propuestas, porque surgen de la inmediatez de una generación que hoy lidera las decisiones del mundo. Una generación que conoce el poder del soborno mediático que posee y que hace suyas las luchas sociales con su influencia cultural, económica y tecnológica. ¿Todo en un clic?

Miosotis Ledesma de Jesús

Abogada y comunicadora

Miosotis Ledesma es abogada, comunicadora y trabaja en relaciones publicas,

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