El psicólogo Roy Baumeister ha observado en los últimos años los efectos del rechazo en el comportamiento humano. Como resultado de sus estudios experimentales, Baumeister concluye que una reacción básica de la persona que recibe el rechazo es sufrir un entumecimiento emocional que lleva a las personas a ser poco empáticas y más agresivas.
En una entrevista realizada por la BBC, Baumeister describe un contexto social que promueve en las nuevas generaciones rechazo y estrés. Existe un nivel competitivo extremo en el mercado laboral. Y debemos recordar que los Estados del bienestar contemporáneos confrontan más problemas para satisfacer las necesidades sociales de la población.
Baumeister entiende que es plausible que las emociones que ha observado en casos individuales puedan tener un impacto a nivel social. Filósofos como Martha Nussbaum (La monarquía del miedo) y Michael Sandel (La tiranía del mérito) también han reflexionado sobre el rol del resentimiento en la vida pública y su influencia en el auge de los populismos autoritarios.
Grandes segmentos de la población con un quiebre de las expectativas experimentan una frustración que es alimentada por los líderes populistas. Estos desorientan en torno a los factores reales de la exclusión social o proporcionan falsas soluciones asociadas a la promoción de proyectos mesiánicos.
Pero al conectar de manera emocional con las frustraciones de los referidos segmentos poblacionales, produciendo un discurso igualmente emotivo y agresivo —amplificado por las redes sociales y los efectos de eco—, incrementan su popularidad, accediendo de modo democrático a las instancias de poder para desde allí socavar las instituciones democráticas.
Esta situación constituye el más imperioso desafío para los sectores democráticos: la batalla emocional de nuestro tiempo no puede librarse como una batalla ideológica sostenida sobre la base de argumentos racionales y desorientada en un bosque de intereses particulares (medioambientales, de género, afrodescendientes). Estos intereses deben articularse en una mirada global con una perspectiva emocional. De no hacerse, el ascenso de los movimientos autoritarios continuará en ascenso.
Compartir esta nota