Recientemente, la Junta Monetaria de la República Dominicana (organismo encargado de tomar decisiones sobre la política monetaria y cambiaria del país) emitió una resolución en la que rebajó la tasa de interés de política monetaria en 25 puntos básicos, pasando del 5.75% al 5.50%.

Esta medida, que había sido demandada por los sectores económicos del país que son sujetos de crédito, debe tener un impacto en las tasas de interés que ofrecen los bancos. La decisión se tomó en correspondencia con una medida similar de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), que decidió reducir esa tasa del rango de 4.5%-4.25% a 4.25%-4%.

La razón por la cual la FED no había decidido disminuir la tasa de política monetaria, a pesar de las presiones del expresidente Donald Trump para que se tomara tal medida, es que el presidente de esa entidad, Jerome Powell, y los demás miembros del Consejo consideraban que un aumento en la tasa podría impactar negativamente en los niveles de inflación y en la tasa de desempleo en Estados Unidos.

El empeño de Donald Trump en que se rebajaran las tasas de política monetaria se debe a que, con esta medida, busca salir del estancamiento económico que mantiene un ritmo de crecimiento lento del 1.7%, pero con una inflación del 2.9%, por encima del límite establecido por la FED, que es del 2%.

Pero, ¿por qué el Banco Central de la República Dominicana espera que la FED reduzca su tasa para hacer lo propio? Porque, además de influir en el nivel de crédito mediante la reducción de la tasa de interés, esta medida permite fortalecer la demanda interna, según argumentos del Banco Central, y aprovechar los posibles efectos positivos que puedan derivarse desde Estados Unidos ante la política monetaria adoptada.

Existen factores que, como resultado de estos cambios, influyen en el precio de las materias primas que exportamos, especialmente a Estados Unidos, en el precio del barril de petróleo, así como en la posible aumento de las remesas que recibimos de dominicanos que viven en Estados Unidos. Esto último se debe a que, con una mejoría en las plazas de empleos, tienden a aumentar la cantidad de dolars que envían hacia la República Dominicana.

Pero a partir de las medidas de rebaja de tasa política monetaria por parte del Banco Central, lo más importante de todo esto es que el sistema bancario rebaje la tasa de interés activa, es decir la que se impone en los préstamos a los sectores productivos, las actividades de servicios y consumo. Se podría adecuar esa tasa activa a partir de la rebaja a la tasa de la facilidad permanente de expansión de liquidez (Repos a 1 día) se reduce de 6.25 % a 6.00 % anual del Banco Central. De esta manera se impactaría tanto en la reducción de costos de estos sectores, así como a aumentar el nivel de empleo vía el aumento de la actividad económica, que en este año 2025 se ha ralentizado, pues el crecimiento económico ha caído al nivel del 2.2% por debajo del 5% que se había estimado para este año.

Es necesaria una reducción de las tasas de interés, sobre todo para el sector productivo, que en el mes de marzo de este año se encontraba en un nivel promedio de 13.56%, similar a las denominadas financieras, sobre todo informales, y al mes de marzo del 2025 llegaban hasta 244% al anual. Se deben reducir las tasas para poder lograr los objetivos tanto desde el punto de vista de aumentar el nivel de crecimiento económico como de empleo, y que como resultado de las decisiones de política monetaria del Banco Central se pueda generar un nivel de mayor bienestar en la población dominicana.

Juan E. Taveras Vargas

Juan E. Taveras Vargas Economista y profesor universitario UASD. Masters en negocios y relaciones económicas internacionales, masters en políticas publicas y globalización, especialidad en docencia virtual Especialista en planificación estratégica y formulación de proyectos. Promotor cultural.

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