La salud mental comunitaria es, en realidad, la psiquiatría social en acción. Esto quiere decir que la psiquiatría social es su base teórica y el punto de partida de su práctica, que va a tener lugar en un escenario diferente al habitual y que es el de la propia comunidad a la que pertenece su objeto de estudio: el hombre, tanto sano como enfermo mentalmente. El simple cambio de escenario lleva a actividades cotidianas no equiparables con las de la psiquiatría tradicional, que se ejerce desde la institución especializada, ya sea esta en el servicio del hospital general, del especializado o de la consulta ambulatoria, pública o privada, y para la que se han preparado los profesionales y técnicos relacionados de un modo u otro con la salud y la enfermedad mental.

La salud mental comunitaria surge tanto de las necesidades de la población en materia de salud mental y la consecuente demanda de atención para su satisfacción, como del desarrollo de los sistemas de salud en los que la estrategia de atención primaria es prioritaria. Es un enfoque que retoma la salud como un derecho del ciudadano y la comunidad y un deber del Estado e implica una modificación de concepciones neoliberales que han demostrado su incapacidad para enfrentar el reto de las situaciones de salud y salud mental que ellas mismas generan.

“La Salud Mental Comunitaria —enfatiza el profesor cubano Guillermo Barrientos— no es una nueva psiquiatría, mantiene sus postulados básicos. Es factor integrador de las vertientes biológicas, psicológicas y sociales del individuo, al que concibe como un ser social y, en su abordaje tanto en salud como en enfermedad, no puede tomar uno o dos de estos aspectos y hacer caso omiso de los otros. De aquí se va a derivar la integración de acciones de promoción y protección de la salud, de prevención de situaciones, grupos de individuos en riesgo, así como las de rehabilitación psicosocial para aquellos enfermos con secuelas por su enfermedad mental. El proceso rehabilitador comunitario tiene que incluir muchas más variables dadas por el medio social, influir en ese medio, capacitar a la familia para afrontar la carga que indudablemente constituye este paciente al que comúnmente llaman crónico, aprovechar al máximo sus potencialidades para que sea capaz de contribuir a su sustento y otras muchas más".

En el modelo comunitario de la salud mental se distinguen seis perfiles que van a determinar sus funciones, y son: clínico, epidemiológico, social, docente, investigativo y administrativo.

No es posible tener éxito en la práctica de la psiquiatría si se limita a la enfermedad, y es por esta razón que la Salud Mental Comunitaria incluye las acciones de promoción y protección a la salud, la determinación del riesgo y su superación, mantiene la atención al daño desde el propio medio social y se ocupa de la rehabilitación psicosocial del paciente con secuelas.

En el modelo comunitario de la salud mental se distinguen seis perfiles que van a determinar sus funciones, y son: clínico, epidemiológico, social, docente, investigativo y administrativo.

El perfil clínico está dado por las acciones desarrolladas en el primer nivel de atención e incluye la rehabilitación psicosocial del paciente con secuelas. El perfil epidemiológico va a determinar el cuadro epidemiológico de salud mental, las necesidades sentidas de la población, establecer prioridades y estrategias de intervención. Es responsable del diagnóstico comunitario de salud mental. El perfil social está dado por la participación de la comunidad; contribuye a determinar las necesidades sentidas, participa en la programación y ejecución de acciones de promoción, protección y prevención, deviene en factor vital para la rehabilitación psicosocial. El perfil investigativo desarrolla investigaciones de corte epidemiológico, incluyendo las cualitativas o sociales, estudios de casos y controles, realizando la evaluación del modelo, etc.

El perfil docente prioriza aquellos aspectos de educación continua, destinados a la preparación a corto plazo de los actores de los equipos de trabajo y los de educación popular para la salud dirigida tanto a la población general como a los líderes formales y no formales de la comunidad. En el perfil docente se incluyen publicaciones, eventos científicos, populares, etc.

El perfil administrativo está dado por el carácter gerencial al que se dirige la administración de salud con el componente costo-beneficio; toma en cuenta la desconcentración con la consecuente responsabilidad a nivel local, la cogestión y la autogestión. Es responsable de la evaluación integral y del ajuste de los programas y proyectos.

Fernando Sánchez Martínez

Psiquiatra y académico

Psiquiatra y académico. Ex rector de la UASD. Autor de varios libros, entre ellos, la Psicología del Pueblo Dominicano.

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