Presupuesto público y aumento de la partida destinada a pensiones

Desde el año 2020 se ha iniciado una carrera acelerada en el otorgamiento de pensiones especiales por parte del actual Gobierno dominicano, lo que ha desbordado la partida del presupuesto público destinada a este renglón.

Es importante aclarar la diferencia existente entre la jubilación que reciben los empleados de las instituciones públicas, tanto centralizadas como descentralizadas, y las pensiones que de forma discrecional proporciona el Gobierno a ciudadanos que, aunque nunca han sido servidores públicos, por su condición económica y avanzada edad no cuentan con un ingreso que les permita subsistir. En estos casos, resulta legítimo que el Estado les brinde auxilio para garantizar su supervivencia.

Conviene también precisar la diferencia entre jubilación y pensión. La jubilación es un acto administrativo de transición que generalmente se establece en función de la edad y los años de servicio. La pensión, por su parte, es el ingreso que se recibe de forma periódica, ya sea por jubilación, incapacidad, viudez u orfandad.

Sin embargo, las pensiones otorgadas por el actual Gobierno, iniciado en agosto de 2020, han crecido de manera acelerada y sin un criterio claro respecto a la sostenibilidad de estos aportes mensuales que se destinan a los envejecientes necesitados.

En términos generales, el monto del presupuesto público destinado a pensiones pasó de RD$43,349.5 millones en el año 2020 a RD$101,860.4 millones proyectados para el año 2026. En otras palabras, en seis años el monto destinado a pensiones ha aumentado en RD$58,510.9 millones, lo que representa un incremento del 135 %.

En el año 2020, el monto correspondiente a pensiones y jubilaciones era de RD$36,947 millones, mientras que los restantes RD$6,402.5 millones (de los RD$43,349.5 millones totales) fueron destinados a pensiones del personal policial, nuevas pensiones y pensiones solidarias.

Para el año 2026, el monto de pensiones y jubilaciones ordinarias ascenderá a RD$74,402 millones, lo que representa un aumento superior al 100 % con respecto a lo erogado en 2020. Las nuevas pensiones alcanzarán RD$11,660 millones, frente a los RD$880 millones contemplados en 2020. En el caso de las pensiones solidarias, estas pasaron de RD$500 millones en 2020 a RD$4,479.8 millones proyectados para 2026.

Todo esto ha provocado que, desde el año 2020 hasta la fecha, se hayan creado 62,219 pensiones. A ello se suma el agravante de que, de las pensiones con un monto de RD$6,000 mensuales por beneficiario, existen actualmente unos 26,000 supuestos beneficiarios que no han podido ser ubicados. Esto se debe a que dichas listas se elaboran a través del Plan Social de la Presidencia y, como resultado de los desórdenes existentes, muchos de los ciudadanos a quienes van destinados estos recursos no los están recibiendo. Lo razonable habría sido utilizar los estudios del Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN) para identificar a los adultos mayores que residen en barrios y zonas rurales incluidos en el mapa de pobreza.

Si se mantiene la tendencia en el otorgamiento de pensiones observada desde el año 2020 hasta la actualidad, para garantizar este aumento sostenido será necesario contar con mayores ingresos fiscales. Sin embargo, dadas las restricciones existentes en las cuentas del Estado dominicano, resulta difícil que esta dinámica de gasto sea sostenible. Esto conduciría a un mayor déficit del presupuesto público, cuya salida sería continuar incrementando su financiamiento mediante préstamos, lo que a su vez genera una tendencia creciente en el pago de intereses y capital de la deuda. Dicha carga recae finalmente sobre todos los dominicanos a través de los impuestos, y además pone en riesgo la sostenibilidad de la deuda externa a futuro, la solvencia del país y el indicador de riesgo país de las calificadoras internacionales, logro que ha costado décadas alcanzar.