Algunos observadores han señalado que la riqueza y la poesía no van de la mano. Los osados inclusive han concluido que los ricos no tienen la sensibilidad necesaria. Eso tal vez se podría confirmar con el caso del Rico McPato, el personaje caricaturesco que simboliza la avaricia y que nunca escribió un poema. Por tanto, es deseable elucubrar sobre la posible compatibilidad entre los ricos y los poetas. Eso puede ayudar a evaluar mejor su desempeño como entes sociales, aunque la afinidad entre un oficio y otro quede envuelta en una aureola de misterio.Captura-de-Pantalla-2025-04-27-a-las-1.56.08-p.-m

¿Qué es un rico y que es un poeta? Por subjetivas, esas definiciones serán siempre controversiales, pero el asunto aquí tratado las requiere. Según un artículo de la BBC un rico es “alguien que tiene más dinero del que "necesita" para vivir, aunque la definición de "necesidad" varía considerablemente.” “También significa "tener mucho dinero y abundantes posesiones; rico, adinerado, boyante.” Mientras, la IA sugiere que el poeta es “quien crea belleza a través de las palabras, expresando emociones, ideas o visiones del mundo.” (La poesía, dice un poeta, es la “Cenicienta de las artes.”)  La perseverancia en uno u otro hemisferio existencial, hasta el punto de ser un oficio, es el requisito indispensable para calificar.

El caso de Elon Musk es un buen ejemplo. Aunque es un ser visionario y su éxito empresarial le permite aconsejar, con frases llamativas, a los que quieren perseguir sus sueños de negocios, sus composiciones “poéticas” son más reflexiones que poemas. La mas reciente (2024) fue un “poema” sobre “el vacío dejado por el ateísmo y cómo la religión puede ofrecer consuelo frente a la tristeza.” En el 2021 publicó el poema chino “Cuarteta de los siete pasos”, una metáfora sobre la rivalidad entre hermanos. Pero, aunque estas incursiones “reflejan su interés en explorar temas filosóficos y culturales a través de la poesía” ​no puede considerarse a Musk como un poeta. Su oficio es mas cercano al del Rico McPato que a la “Cenicienta de las artes”.

Por supuesto, ha habido algunos escasos ricos que han sido poetas. El común denominador de esos especímenes, cual avis rara, es que heredaron la riqueza: no tuvieron que faenar para adquirirla. Ejemplos tales como los de Lord Byron, Rabindranath Tagore –primer premio Nobel de Literatura– y Jalal al-Din Rumi no confirma la posibilidad de que un rico sea poeta. Pero en un recuento hecho por la revista Forbes de los mejores poetas de todos los tiempos –que del mundo hispanoparlante incluye a Garcia Lorca y Pablo Neruda, y entre los anglosajones a T.S. Elliot y Walt Whitman–, esos ricachones no figuran en el elenco de los mejores. Además, haber dejado fuera a Ruben Dario de seguro revela el sesgo anglosajón de la evaluación.Captura-de-Pantalla-2025-04-27-a-las-1.56.20-p.-m

De cualquier modo, alguien considerado “escritor” puede tener mas afinidad a la poesía sin que ella sea su principal obra. Publicar libros no suele ser una actividad muy lucrativa, pero hay muchos ejemplos de escritores cuyas creaciones literarias los han vuelto ricos: J.R. Rowling, Stephen King, Winston Churchill –quien gano el Nobel de Literatura en el 1953–, Dan Brown, Paulo Coelho, Michael Bloomberg y Umberto Eco figuran entre ellos. Pero lo que no se encuentra con frecuencia son casos de ricos que se han destacado como escritores. Es valido sospechar que los libros cuya autoría es reclamada por gente como Elon Musk, Opera Winfrey y Richard Branson serian obras de escritores ocultos (ghost writers, en inglés).

El más rico poeta viviente, Alejandro Roemmers, quien conjuga su afición poética con habilidades empresariales exitosas, atisba una explicación sobre la naturaleza particular del poeta. “Uno busca belleza en todo, es prácticamente como un entrenamiento de humildad ante la vida. Si vas a escribir sobre una flor, sobre una planta, no puedes escribir desde una posición de superioridad, de dominio o de posesión, sino que tienes que exponerte a la par de esa criatura…de admiración. Cuando uno toma esa actitud de admiración de la criatura vives todo como un milagro y realmente puedes vivir poéticamente y al escribir entonces experimentas el poema como tuyo. Lo importante es la mirada poética, que es lo importante, vivir poéticamente la vida.” Esta briosa declaración, sin duda, establece los principios fundamentales de la poesía.

Para dilucidar con éxito la razón o razones por las cuales los ricos no son poetas habrá que examinar sus motivaciones. Al preguntarle a la IA, su respuesta es bastante aceptable: “La poesía suele surgir del conflicto, de la necesidad, del deseo de entender el mundo cuando duele o cuando maravilla. Y cuando alguien lo tiene “todo”, quizás ya no necesita crear una salida imaginaria.” Mientras, “la riqueza tiende a buscar certezas: inversiones seguras, cifras claras, estructuras estables. La poesía, en cambio, se alimenta de lo incierto, de lo vulnerable, de lo que se escapa de las manos. Los poetas caminan con los pies descalzos por el mundo, mientras que los ricos a menudo lo observan desde un balcón.”

¿Será la diferencia una cuestión de quien tiene mayor sensibilidad? El torbellino de pasión que genera el afán de lucro, la avaricia o el egoísmo podrían no permitirle al rico enfocar la belleza en la realidad circundante ni soñar con duendes, hadas o elfos. Pero eso no significa que su conciencia de la realidad sea pichicata: el rico ve la belleza solo en el dinero y demás bártulos y baratijas de riqueza. De manera que la interpretación de su incapacidad poética posiblemente sea solo un sesgo. El que muchos ricos ejerzan la filantropía es prueba de que tienen sensibilidad. Los sueños del poeta son de otra índole, extasiado por el ángel de la belleza y secuestrado por el placer estético.

En general, los ricos no son malandrines ni mala gente, ni los poetas son locos alucinados. Los sueños tampoco son propiedad exclusiva de uno o del otro. De ahí que una explicación contundente sobre porque los ricos no son poetas resulta, como se ha visto aquí, muy escurridiza y polémica. Tal vez por eso la misma ha estado embadurnada por una aureola de misterio que no permite la aclaración necesaria.Captura-de-Pantalla-2025-04-27-a-las-1.56.30-p.-m

Juan Llado

Consultor económico

Con entrenamiento universitario en los campos de la psicología, las ciencias políticas, la educación y la economía, obtuvo títulos universitarios en EEUU y se desempeña actualmente como consultor económico y articulista. Su experiencia de trabajo ha sido diversa, incluyendo misiones de organismos multilaterales y gerencia de proyectos internacionales. El principal hobby es la investigación y las tertulias vespertinas en el Centro Histórico de Santo Domingo. Aunque no partidarista y un libre pensador, ha abrazado últimamente la causa de la alternancia en el poder como requisito cumbre para fortalecer la democracia dominicana.

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