El segundo desafío personal es recuperar el Valor Originario.

Tenemos por delante el ENCUENTRO CONMIGO MISMO. No es que huyamos de nosotros, sino que el ajetreo de la vida, las prisas, los intereses personales, la bulla del entorno, el haber tenido una niñez y adolescencia ensimismada, añoñada o por el contrario vivida en la calle por cuenta propia; o que nos hemos instalado en la seguridad…, hace que en el Yo predomine lo externo        y no tenga en cuenta la necesidad del Otro y viva en la superficialidad de acumular o desear cosas sin llegar a la interioridad personal que me hace consciente que la alteridad es necesaria, que me complementa como persona.

Ya hemos visto la necesidad mutua y absoluta que tenemos del Otro. Ahora, vamos a ver cuál es el motor que dinamiza la persona y define una personalidad…

La raíz, la base de mi personalidad está en mi Valor Originario > lo que le da sentido a mi vida. La semilla de Dios en mí, no me la impone nadie, sino que yo acepto libremente. Esa semilla es la que me relaciona con el Ser Trascendente y me encuentro conmigo mismo, y me sacó de mi casa…, la insaciabilidad del Yo sólo la satisface el Infinito, el Ser Trascendente, que lo encuentro dentro de mí…

Ej.: …mi abuelo me pregunta “mi hijo, que tú vas a ser cuando seas grande?” “quiero ser padre”. Así fue mi respuesta espontánea. Después yo me pregunto: ¿para qué quiero ser padre?, para salvar las almas… Eso me sacó de mi casa para ir al seminario y realizar los estudios sacerdotales.

Recordemos que la carga se ajusta en el camino. Yo me sigo preguntando: ¿dónde vivir como sacerdote? Donde haya más necesidad. Eso me saca del seminario, después de ocho años y me lleva a la Compañía de Jesús. Padres jesuitas, quienes están presente en la Frontera Norte de RD., zona deprimida y de conflictividad dado el tráfico de mercancía, de in- migrantes, tráfico de estupefacientes…, donde existe un control cívico/militar individualizado, corrupto y violento…   ¿Con quienes vivir en la Frontera Norte? con los campesinos.

Después de 20 años llego a Loma de Cabrera como sacerdote, Frontera Norte; ahí, fueron apareciendo asociaciones agrícolas, centros de madres, juntas de vecinos, la catequesis de los niños/as, asociaciones de jóvenes, los EE.EE para religiosos/as, asociación de mujeres la nueva esperanza de Dajabón, las pepeceras, asociaciones de obreros inmigrantes haitianos irregulares …

Los rostros de las almas se van identificando en el proceso de vivir el Valor Originario… La opción vital se clarifica y fortalece en la vida… La fidelidad creativa al Valor Originario es la fuerza que nos impulsa hacia adelante…, y se complementa con el Valor Fundante de la Comunidad Apostólica y Familiar… Donde ya no soy Yo, sino Nosotros, Nosotras… Ese Nosotros se puede consolidar hasta que la muerte separa; se puede romper o trascender. Romper porque no depende de mí sólo; trascender, si es por fidelidad a la Semilla de Dios…

Eso que le da sentido a mi vida es la “semilla de Dios” sembrada en mi corazón y la acepto libremente cultivándola con todo lo que haga: sirviendo solidariamente, compartiendo, respetando, manteniendo la disponibilidad, la alegría, el sentido de totalidad en la entrega sin reservas, sin esperar recompensa…, a quien sea, donde sea, a la hora que sea….

Lo determinante en la vida no es la función que desempeñe, ni el lugar donde viva, o la edad que tenga…, sino la disposición, la actitud de querer “llegar hasta el extremo…” Siendo fiel y creativo a mi Valor Originario y al Valor Fundante Institucional donde sea y a la edad que sea.

Así se va definiendo un estilo de vida y va apareciendo una personalidad: EL SIERVO, LA SIERVA > Leer despacio: Is. 42,1-9.  Porque nos mantenemos en relación continua con el Ser Trascendente > Tenemos una Espiritualidad Personalizada apoyada en lo más íntimo de mí ser: mi Valor Originario. La semilla de Dios. Lo que me sacó de mi casa, lo que le da sentido a mi vida…, la fidelidad creativa es lo que me hace crecer desde mi interior y no dejarme determinar por lo que viene de fuera y que rechazo o me posee y me deja vacío…

Ahí está la raíz de la rutinización, que me ningunea. Yo mismo me anulo. Cuando caigo en la cuenta de esa realidad, yo mismo tengo que poner de mi parte, porque si otro me sugiere algún cuestionamiento, tiendo a rechazarlo porque mi vida es mía… En ese sentido, lo que puede generar un cambio, una conversión en mi vida es: “caer en la cuenta personalmente” de que me he alejado de lo más íntimamente mío: el V.O. Porque, también, el Otro me puede manipular y generar en mí, dependencia, que anula mi V.O-

“Caer en la cuenta”, eso es “conversión”, que genera el “cambio” de comportamiento a más radical, lo cual no es nuevo, sino que recupero, la Semilla de Dios, comenzando cada día se mantiene revitalizada. La conversión es una actitud continua no puntual…, un comportamiento que mantiene despierto y activo mi V.O, lo que nos hace persona querida, respetada y necesaria.

Me llama la atención que en todo lo que hemos dialogado sobre la Espiritualidad Personalizada lo único que se resalta, a nivel externo, es la COMUNIDAD, y que la raíz que genera todas las relaciones, a nivel personal y de fe, está en el interior de las personas, en lo más íntimo de la intimidad personal. No se ve, no se toca, no se huele, no se oye, no se saborea y no se puede negar porque sería la negación de sí mismo, trasciende etnia, idioma, cultura, geografía… Ninguna religión niega a otra. Lo importante y lo decisivo es la Fidelidad a su contenido y Creatividad en su expresión personal y comunitaria.

Toda religión tiene su origen en lo escrito por el Ser Trascendente en el Interior de la Persona, en la Semilla de Dios. Vida y Fe son donaciones del mismo Ser Trascendente.

Claro, en la medida que vamos creciendo como persona y como humanidad nos vamos enriqueciendo en conocimientos y valores, transformándonos, consolidándonos: estamos hecho a Imagen y Semejanza de quien nos hace partícipe de la vida y con Él crecemos en infinito…

Regino Martínez S.J.

Sacerdote

El sacerdote Regino Martínez es el coordinador del Servicio Jesuita para los Migrantes Refugiados en Dajabón.

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