Porque: “Elije tus pensamientos con cuidado pues forman la base de tu carácter”
La soberbia es una discapacidad
que puede afectar a pobres e infelices
mortales, que se encuentran de golpe
con una miserable cuota de poder. J. de San Martín.
Me parece que estamos llegando al momento en que, en algún tipo de juicio, el abogado defensor expresa simplemente "no hay nada que agregar, su señoría". Y es que estos políticos de ahora y desde hace unas décadas viven en una pugna por la supervivencia de su especie, lidiando con fútiles visiones de una vida inviable en el tiempo, donde al momento de llegar a las crudas realidades saldrán golpeados atrozmente por la misma, cual si lo atropellase un tren a gran velocidad que, en este caso, ese tren se hace llamar Pueblo.
Sin importar el lugar donde se reúnan para bien aprovecharse, todo el mundo se cubre boca y nariz, ya que, el olor que se percibe apesta a putrefacción e inclusive, a formaldehido. Y es que al parecer no existe esperanza de cambio alguno en medio de este trafago del tránsito y de unos cuantos endiosados funcionarios, recopiladores de desgracias para elaborar fantasiosas estadísticas con las cuales se regodean dentro de sus ineficiencias, razón por la cual, me parece, no haber razones para sentirnos tranquilos y, mucho menos, satisfechos de la vida que nos están obligando a vivir dentro de un caos total.
Ya las creaciones de direcciones y organismos independientes, de la ejecución de operativos con fines paliativos y, sobre todo, de propaganda o publicidad, es simplemente un absurdo mayor. Y, en tanto esto sucede, no se sabe si con una intención maligna de destruir la institucionalidad dentro de los organismos llamados a ejercer el monopolio de la violencia, se dedican a escoger lo peor del tigueraje barrial para ingresarlos a los mismos, pareciendo por demás, como si estos organismos estuvieran sujetos a cumplir determinada cuota de género y por igual, ingresar personal del sexo femenino, incapaces de cumplir con las obligaciones de un policía o militar.
Por eso el caos vehicular, producto de la falta de autoridad, de la obsolescencia del entrenamiento, que se manifiesta en la mayoría de este personal, los cuales se desempeñan cual, si fuesen parte de una pandilla barrial o tigueraje, que en vez de desempeñarse con la rigurosidad y respeto que se supone deben de actuar, lo hacen como los propios tigueres barriales que tratan de someter al orden, aunque de cierta manera, tienen razón al actuar así, ya que en su gran mayoría proceden de los mismos lugares y no han podido ser bien “domesticados” o reciclados.
Por estas y otras tantas razones, les recomendaría a esos políticos engreídos por el poder, a esos ineptos acomplejados y con iniciativa, que han llegado a creerse por encima de todo y de todos, que para ver realizados sus sueños de grandeza infinita, comparada con los faraones y sus pirámides para conservar su cuerpo en tanto llegue la que nunca llegará, es decir, la otra vida, que hagan acopio de la mayor cantidad posible de miel, a fin de que cuando mueran, el sarcófago esté lleno de ese imputrescible producto, que los conservará en espera de lo que nunca volverá.
En tanto, cada día vamos peor, observando como este pueblo permanece encandilado con los dotes de persuasión que con su rancio discurso, un selecto grupo de predestinado a vivir de la política, lo mantiene cual si fuese un feudalismo y con una actitud obsecuente. ¡Sí señor!
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