Al designar con el nombre de Hatuey De Camps el aula digital de la facultad de humanidades de la UASD, así como desvelizar una tarja que lleva su nombre, se corresponde con un acto de reconocimiento en merecida justicia a un hombre que incidió en la vida política y social de la Republica dominicana en los últimos 70 años.

Hatuey ese día debió estar saltando de alegría en su tumba, sobre todo porque provino de la UASD, la cual el llevaba en su corazón como una de las arterias que alimentaba su vida política y afecto familiar, no solo porque fue líder estudiantil o profesor, sino porque todo lo que pasaba en esa casa de estudios era el mismo quehacer de interacción en diversidad y calidez que encontraba en el PRD y luego al PRSD.

Para Hatuey las cuestiones de rectoría, estudiantiles, profesorales y de trabajadores de la UASD eran de su atención no importaba quien estuviera al frente, siempre se involucraba como algo que era muy de él.

Por eso me alegró mucho ver en el acto parte de sus familiares, a sus amigos de la UASD en general y en especial a quienes fueron en alguna ocasión sus discípulos como Fabio Ruiz y Fausto Herrera, lideres a los cuales le dispensó reconocimiento y apoyo por sus actuaciones sindicales y por colocar a ASODEMU en conexión con los intereses y las luchas democráticas de la sociedad, lo que lo hacía sentir muy orgulloso de ese sindicato y del liderazgo de los compañeros en particular.

Ese reconocimiento a Hatuey tiene un sentido de historia, de penetración y reparación política, porque además se exaltó la labor política de una personalidad que dejo huellas en la UASD, quien también   fue  incomprendido por una parte de nuestra sociedad, lo que no le impidió ejercer poder de mando  de apoyo y fortalecimiento de la democracia en momentos cruciales, de cooperación, apoyo, de soluciones políticas, humanista y de solidaridad social y política en los debates  más controversiales del escenario  dominicano.  Creo que puedo decir que Hatuey era una figura política capaz de avanzar en terrenos donde muchos se resignaban porque podía ser difícil o comprometedor.  Era muy desafiante.  Ese carácter espontaneo para abordar verdades en la que otros hacían simulaciones le granjeó muchas adversidades, también le gano adeptos, pero el siempre pegaba de frente, aunque supiera que al final colocaba en tela de juicio su figura política.

Sentía mucho respeto por los lideres políticos que habían sido destacados en las luchas por la democracia dominicana, y aunque no era izquierdista valoraba la heroicidad de nuestra izquierda.

Hatuey no creía en la política clientelar, lo que no quiere decir que no recibiera su respaldo económico quien lo necesitara para trabajar política.  Quienes practicaban el clientelismo decían que era tacaño y creo que era previsor, pues aseguraba que mantener cuadros políticos o votos sobre la base de paga era un barril sin fondo que no habría fortuna que lo aguantara ni Estado que soportara y que finalmente fomentaba la corrupción desde abajo.

No conocí al líder estudiantil y ni siquiera a todo el político, pero debo decir que en el tiempo que le traté solo recibí reconocimiento, respeto por mi carrera sindical, política y personal y hasta protección.  Al respecto debo decir que cuando fui al congreso a sustituir al Dr.  Hugo Tolentino Dipp porque fue designado canciller por el gobierno, no era yo la opción sustituta ni estaba aspirando a lograrlo, sino que el que tenía respaldo lo era el Dr. Carlos Gabriel Garcia. Para mi había oferta desde el partido de una posible subsecretaria (viceministra) de Trabajo.

Pero Hatuey sin que yo se lo pidiera, decidió hablar con el Presidente de la República de entonces Hipólito Mejía y con el Dr. Fello Suverbí (a quienes agradezco su gesto de solidaridad en respaldar mi postulación) para que apoyaran en la comisión política del PRD su propuesta de que asumiera la diputación vacante.

Hatuey entendía que si me iba de funcionaria cooptaba el ejercicio sindical que venía desempeñando, ya que como corriente social perredeísta había adquirido notoriedad desde la presidencia de la CTU.

Algo parecido me comento una vez en un momento crucial de mi carrera política el entonces senador de Santiago, Lic. José Rafael Abinader respecto a mi representación sindical y necesidad de vocería independiente, lo cual no entendí mucho en el momento sino un tiempo después, lo que me  demuestro que  Hatuey no estaba equivocado respecto a la decisión que adoptó sobre mi persona para  evitar que fuese funcionaria,  y aclaro que en ese momento no estaba militando bajo su dirección tendencial, sino que él era el Presidente del partido en la ocasión.

Debo decir que, a pesar de nuestra diferencia social, Hatuey nunca me planteo algo que no fuera apoyarme en los quehaceres en que me involucraba, nunca me dijo lo que decir o hacer sindicalmente y su valoración era que los sindicatos tenían que existir con dirigentes independientes, no políticamente, sino de intereses económico o cuestiones espurias al interés de los trabajadores.  Desde su posición de secretario general del PRD, apoyo la creación de los fondos de trabajadores de la construcción, hoteleros y portuarios en 1986.

Lo vi recibir muchas veces, líderes sindicales no perredeístas o del PRSD con problemas frente al gobierno ya sea del su partido o de la oposición u otra persona privada.  Él le hacía una llamada a los involucrados que tenían difícil acceso y solucionaba el caso sin alboroto ni anunciarlo en los medios o hacia que se recibiera y dialogara con los afectados.

Sentía mucho respeto por los lideres políticos que habían sido destacados en las luchas por la democracia dominicana, y aunque no era izquierdista valoraba la heroicidad de nuestra izquierda. Un acto de buena práctica a ese respecto ocurrió un día en mi presencia con el destacado luchador y queridísimo dirigente de izquierda Rafael Chaljub Mejía.   Estábamos en la terraza de su casa a espera que saliera de sus habitaciones.  Entre los visitantes había una estimada amiga y de mucha confianza del Lic. De Camps.  Chaljub se sentó en la mecedora que era costumbre ocupar Hatuey y la amiga le llamó la atención diciéndole que esa era la mecedora del Presidente del partido.

Yo me quede pasmada cuando me percate de la ignorancia política de esta mujer, porque siendo una figura pública desconocía quien era Chaljub para hacerle algo tan descortés.  Pero ante la quietud de éste y conociendo lo prudente y cuidadoso que suele ser, me sorprendió que no se levantó del asiento y esperó la llegada de Hatuey, por lo que no le dije nada y me quede expectante al desenlace.

Cuando se presentó Hatuey, Chaljub se levantó y entrego la dichosa mecedora, a lo que Hatuey respondió: No, no, quédese ahí, que yo me siento honrado de que usted ocupe ese asiento. ¡Puf! que bofetada política a mi compañera, creo que ella se llenó de vergüenza porque mientras estuvimos ahí no dijo ni pio.

Ese era Hatuey, puedo dar testimonio de cientos de acciones correcta, de elevación de valores, de su dolor cuando alguien le hacía jugadas turbias o lo traicionaba, de la alegría y felicidad que reflejaba al hablar de sus familias, en especial de sus hijos e hijas cuando era necesario, de su entrega política y de su fuerte carácter al que muchos le tenían miedo, incluso yo en principio, pero después fui descubriendo que podía ser un gran amigo y que detrás del hombre arrogante que se decía  en algunos círculos que era, había un gran corazón y era capaz hasta de comprender para buscar salidas lo que nos parecía absurdo políticamente.

Al final de cuentas era valiente, de fuerte carácter, sincero y frontal, pero siempre decía que no tenía enemigos políticos, sino adversarios.  Espero que sus herederos políticos, en especial Luis Miguel De Camps, sepan aquilatar los valores positivos que el promovió, aun con las diferencias intergeneracional, coyuntural y enfoque sobre la democracia y sociedad actual.  Pero como sembró muchas buenas experiencias, pueden generar buena cosecha, uniendo los buenos valores de lo viejo con los bríos y amplios conocimientos de juventud para innovar.

¡Hasta siempre Hatuey, gracias por todo lo que nos aportaste, que tu vida infinita sea más benévola de lo que fue la tierra contigo!  Te lo merecías en vida, pero gracias a quienes te otorgaron reconocimiento póstumo, porque al final lo importante es que se reconoció lo que has sido en justicia y democracia.

Eulogia Familia

Defensora de clase trabajadora

Eulogia Juliana Familia Tapia. Vice-Presidenta de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS) y Enc. De Política de Equidad de Género. Miembro del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Vice-Presidenta del Consejo Sindical de Asesoría Técnica (COSATE) de la Conferencia de Ministros de Trabajo de la OEA. Fue diputada al Congreso Nacional, expresidenta de la Confederación de Trabajadores Unitaria (CTU), ex miembro del Consejo de Administración del Centro de Formación de la OIT/Turin, Italia. Ex vicepresidenta de la 102 (año 2013) Conferencia de la OIT en Ginebra y de la 18 Conferencia Regional Americana de la OIT en Lima, Perú (año 2014). Declarada como la Voz Centenario de los trabajadores de la OIT de América Latina al cumplirse los 100 años la OIT. Ex Presidenta y ex vice presidenta de los Comités de Mujeres Trabajadoras de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA) y de la Confederación Sindical Internacional (CSI) respectivamente. Como parte del consejo de administración y representante de los trabajadores le correspondió participar en la elaboración y adopción de los convenios 189 sobre trabajo decente para las trabajadoras domésticas y el 190 contra la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.

Ver más