Los días de lluvia nos regalan la oportunidad de estar en casa y hacer esas cosas que tanto nos gustan. Por primera vez en este país donde resido actualmente, hemos enfrentado un fenómeno bien intenso, llamado tormenta tropical; el mismo ha traído consigo varios días de grandes lluvias. Por ello se han suspendido las labores en todas las provincias de alerta roja. Aprovecho esta pausa en el hogar para ver series, cocinar, escuchar música y escribir.

Con este artículo quiero invitarles a ver una serie de Prime Video del año pasado, que en un par de semanas estará disponible la segunda y tan esperada temporada. El nombre es Maxton Hall. Es una serie alemana basada en la novela Save Me, de la autora Mona Kasten. El idioma original es alemán, pero ambientada en un internado de élite de apariencia británica. Fue un éxito internacional inmediato, convirtiéndose en el mayor estreno de una producción no estadounidense de Prime Video.

La historia gira en torno a Ruby Bell, una estudiante de beca en el prestigioso colegio-internado Maxton Hall, con el sueño de alcanzar la universidad de Oxford. Su vida cambia cuando involuntariamente descubre un secreto que podría afectar a la familia del heredero más rico del internado: James Beaufort, alumno acomodado, arrogante, heredero de una fortuna. James intenta que Ruby guarde silencio, por lealtad, poder, conveniencia, pero conforme interactúan, surge entre ellos una tensión emocional, “enemigos que se atraen”. La trama explora no solo el romance, sino también las diferencias de clases, la presión familiar, las expectativas, la búsqueda de identidad, la ambición de cada sueño de Ruby y el mundo de privilegios al que pertenece James.

Ruby lucha por sus sueños sin traicionar sus principios, en un entorno que premia las apariencias.

Ruby representa la sinceridad y el esfuerzo, mientras James lucha entre el peso de su apellido y sus verdaderos sentimientos. Visualmente elegante y con una banda sonora moderna, Maxton Hall combina el estilo de producciones como Élite y Gossip Girl, pero con una sensibilidad más europea y un enfoque en el crecimiento emocional de sus protagonistas. Y es justamente esa sensibilidad la que hace que el espectador se sienta atrapado e identificado en cada capítulo de la misma. Mientras Ruby lucha por lo que quiere desde los pocos recursos que posee, James, en cambio, no sabe lo que quiere, pero tiene un imperio y poder que le abren las puertas a cualquier sitio, y por ende, no se esfuerza. Su padre le hace presión a toda costa porque sea como él, ambicioso, y sin escrúpulos; en otras palabras, el dinero es quien maneja su vida, y este desea lo mismo para su hijo, equivocadamente.

En los últimos tiempos, el mundo gira muy parecido a la trama de esta serie. Los jóvenes compiten por ver quién tiene mejor clase social; el materialismo ha ido ganando el puesto número uno en la lista de prioridades de la juventud. Y lo peor es que los que no llegan a la cima de la lista son rechazados, aun cuando existen valores con más peso que una cuenta bancaria con miles de ceros. Y todo esto resulta con demasiada fuerza hasta para la hora de elegir las amistades; ya no se busca congeniar en respeto, apoyo emocional, valores, comprensión, confianza; ahora lo que predomina es la búsqueda del mismo estatus social yun alto estatus.   En la serie me gusta mucho el personaje de Ruby; me hace ir a mi época de estudiante en el preuniversitario y la universidad, pues solía ser un tanto desafiante, y de soltarle a la gente lo que pensaba en su cara, al igual que a ella; luego me quedaba aquello de la conciencia diciéndome "te pasaste" y sentía la necesidad de pedir disculpas.   Porque más allá de su inteligencia, me recordó la importancia de ser auténticos en un mundo que premia las apariencias. Ella no busca encajar, sino cumplir sus metas sin traicionar sus principios, y eso la convierte en un personaje inspirador.

Maxton Hall nos deja una enseñanza clara: no todos partimos del mismo lugar, pero todos podemos decidir hacia dónde queremos ir. Quizás por eso esta producción ha tocado tantas fibras alrededor del mundo, incluyendo la mía, porque detrás del brillo y el lujo, nos muestra la fragilidad humana, los miedos, las inseguridades y esa eterna búsqueda de amor y reconocimiento que todos llevamos dentro.

Ana Margarita Pérez Salceda

Contable

Mi nombre es Ana Margarita Pérez Salceda, licenciada en Contabilidad y Finanzas. Cubana. Soy corresponsal del noticiero nacional de la red meridiana de emisoras Católicas de Santo Domingo, en el segmento de las culturales. Trabajo en la Unión Dominicana de Emisoras Católicas en el área de creación de contenidos.

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