En un artículo anterior, describíamos en síntesis los temas que se discutieron en el V Seminario de Desarrollo Social, organizado recientemente por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), con un enfoque hacia la inclusión social y laboral.
Aunque en esta entrega queremos destacar lo que fue la intervención de la representante del programa Supérate de la República Dominicana en ese seminario, Noami Arboleda, Coordinadora de Inclusión Económica de Proyectos Externos.
Lo primero que manifestó la funcionaria de Supérate es que la historia debe recordarse, para luego señalar como antecedente la labor que se ha venido realizando en la actual gestión de gobierno en términos de protección social inclusiva, a partir del año 2021. Sin embargo, es importante aclarar que antes de esa fecha también se habían llevado a cabo acciones dirigidas a trabajar en esta problemática en la República Dominicana.
Debemos recordar que el programa de protección social que se desarrolla bajo el esquema actual inició hace más de 20 años, específicamente en 2004, durante el gobierno de Leonel Fernández (2004-2008), con la consigna de romper el círculo vicioso intergeneracional de la pobreza. En ese entonces, se le dio el nombre de "Comer es Primero", y para 2005 pasó a llamarse "Solidaridad". Este programa comenzó realizando transferencias monetarias a los hogares ubicados en el mapa de pobreza y seleccionados por el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), que también fue creado en esa época.
El programa Solidaridad buscaba reducir los niveles de pobreza y desigualdad, además de impulsar la educación y la salud, mediante transferencias monetarias. Los hogares beneficiarios firmaban una carta de compromiso para enviar a los niños a la escuela y, en el caso de las mujeres embarazadas, realizarse chequeos médicos según los parámetros del sistema de salud, así como atender a los adultos mayores.
Luego, a partir de 2012, y bajo la dirección de la Vicepresidenta Margarita Cedeño a través del Gabinete de Políticas Sociales, el programa cambió de nombre a "Progresando con Solidaridad". En esta etapa, se fortaleció el componente de educación e incorporación de programas de capacitación, principalmente para las mujeres beneficiarias, con cursos en artesanía, costura, repostería, enfermería, entre otros.
Es importante recordar que los niveles de pobreza en general eran del 42% en 2003-2004, y la pobreza extrema alcanzaba el 16% en ese mismo período, según datos del Banco Mundial. Para 2014, estos niveles habían descendido a 7.9% y 2.7%, respectivamente, y en 2019, la pobreza extrema se situaba en 2.4%. Esta reducción en los niveles de pobreza y pobreza extrema se debió a las políticas públicas implementadas desde 2004 en materia de protección social y promoción del empleo. Como resultado, entre 2023 y 2024, la pobreza extrema se ha mantenido en torno al 2.4%, similar a los niveles de 2019.
No obstante, la reorientación del programa, ahora llamado Supérate, ha cambiado su enfoque. Se ha descuidado la promoción en educación y salud, y se ha orientado más hacia lo que se denomina protección social adaptativa. Como señaló Arboleda en su exposición, esto incluye la emisión de bonos de Navidad y de educación para madres, acciones que, como bien sabemos, han producido una distorsión y desviación en los recursos y en los objetivos originales del programa de protección social. Estas acciones, en lugar de reducir la pobreza, tienden a perpetuarla y a mantener la marginalidad.
Por ello, existe el riesgo de que los niveles de pobreza extrema vuelvan a aumentar, alcanzando cifras similares a las de principios de los años 2000. Además, se corre el peligro de que la desigualdad, tanto en ingresos como en aspectos sociales, también aumente en la población.
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