Murió uno de los más importantes y destacados novelistas contemporáneos, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, autor de La ciudad y los perros, La casa verde y La fiesta del chivo. En mayo del año 2023 el presidente de la república Luis Abinader otorgó al afamado escritor la nacionalidad dominicana como un laudo que lo vincularía a nuestra nación para siempre, reconociéndole honores propios de un hijo meritísimo de nuestro país. El reconocimiento por parte del primer mandatario generó, como ocurrió siempre en la vida del escritor, controversias en algunos círculos y centros culturales de la República Dominicana. El Instituto Duartiano, por ejemplo, criticó el acto en virtud de las opiniones contrarias a los intereses nacionales que vertería Vargas Llosa sobre el país con respecto a Haití, que a menudo era presentado como víctima de una especie de racismo políticamente dirigido a juicio del escritor. Aquellas opiniones, ofrecida en distintos círculos, ofendían la moral dominicana e hicieron que algunos sectores observaran con recelo las posturas de Vargas Llosa.
Al mismo tiempo el escritor ofrendó al país una de las más emblemáticas novelas sobre la tiranía trujillista, que no solo recreaba la personalidad y el perfil psicológico del dictador, sino que mostró tanto la decadencia moral y política de la dictadura. La fiesta del chivo es a la fecha si no la más, al menos una de las más importantes obras sobre la dictadura de Trujillo.
Mario Vargas Llosa era parte de la generación de escritores que surgieron en las décadas del 60 y del 70 en Latinoamérica, quien, junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, encabezó uno de los movimientos culturales más influyentes de la época, el llamado Boom literario latinoamericano, emergido en un contexto de guerra fría y con la cercana influencia de la Revolución Cubana de la cual el también premio nobel de literatura Gabriel García Márquez se mantuvo adepto. Evidentemente, y a pesar del contexto histórico en el que Vargas Llosa tuvo que desenvolverse como escritor, éste se desmarcó de los afectos a la revolución adoptando hasta su muerte ideas políticamente más moderadas.
Con la muerte de Mario Vargas Llosa se despide el último exponente del Boom, así como el último autor de su especie, a quien todo amante de la literatura hispana reconoce como el mejor de los escritores realistas, que se desenvuelve entre lo novedoso y lo impredecible.
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