Aun cuando podemos hablar de una diversidad de posturas frente al tema haitiano, la sociedad dominicana fluctúa entre dos principales. Por un lado, están los autodenominados patriotas que, sin negarles las razones que tienen en algunos de sus planteamientos, por demás, dogmáticos y, por lo tanto, innegables y no sujetos a examen y contradicción, profetizan el apocalipsis y el fin de nuestra patria.

Para los que así piensan, países, organismos internacionales y malos, entreguistas y traidores dominicanos quieren fusionar a Haití con la República Dominicana. Muestra de ello es la permisividad y muchas acciones encaminadas por los gobiernos para permitir y propiciar la inmigración ilegal y la supuesta unidad de las dos naciones.

En el otro extremo están los que, sin negar la necesidad de que el gobierno regule, conforme a la Constitución y las leyes, la inmigración de extranjeros, consideran que sean feos, prietos, pobres y andrajosos, o blancos, arios, europeos, venezolanos, colombianos o de todo el orbe, estos deben ser tratados como lo que son, seres humanos, cuya dignidad debe ser respetada. De igual forma, que no hay que ser enemigos, ni odiar a quienes con su trabajo hacen parte del crecimiento de nuestra economía y nuestro desarrollo.

El pasado encuentro del presidente Abinader y los expresidentes Mejía, Fernández y Medina es una iniciativa loable del convocante, aun cuando haya sido solo para que los exmandatarios reciban informaciones sensibles sobre la situación de caos político, económico, social y de seguridad que padece Haití. De igual forma, sobre las estrategias que el gobierno viene desarrollando y encaminará hacia el futuro para preservar nuestra soberanía y seguridad nacional.

Es un acto cargado de simbolismo, lo que por sí solo muestra al país que se trata de un compromiso compartido por todos, independientemente de la visión que cada uno de estos líderes políticos y sus parcelas partidarias tengan sobre el tema haitiano. Efectivamente, los rituales, como estos, nos acercan a lo comunitario, a lo que es de todos, alejan las subjetividades y comprimen los egos.

Además, tratándose de un tema país, nadie puede estar ajeno al conocimiento de la situación y plantear propuestas, si no de soluciones, sí para el mejor  manejo posible de una crisis que ciertamente atenta contra nuestra integridad como nación.

Pero lo emblemático de la reunión, de la foto incluso, es que constituye un elemento de mucho valor, porque marca un camino, guía y mensaje de conocimiento, involucramiento y compromiso ciudadano colectivo con la correcta conducta frente a seres humanos del vecino pueblo que merecen mejor destino, sin que sea a costa nuestra, pero contando con nuestra colaboración solidaria, siempre producto de un pueblo independiente que debe resguardar su soberanía.

Carlos Salcedo Camacho

Abogado

Abogado, litigante, asesor jurídico, estratégico e institucional de diversas personas, empresas e instituciones. Dirige desde 1987 su firma de abogado, Salcedo y Astacio, con oficinas en Moca y Santo Domingo. Tiene varios diplomados, postgrados y maestrías, en diversas ramas del derecho, como la constitucional, corporativa, penal y laboral. Autor y coautor de varias obras de derecho y en el área institucional. Columnista y colaborador de las revistas Estudios Jurídicos, Ciencias Jurídicas y Gaceta Judicial y periódicos nacionales y de obras internacionales como el Anuario de Derecho Constitucional, de la Fundación alemana Konrad Adenauer. Desde el año 2010 es articulista fijo del periódico El Día. Ha sido redactor y coredactor de diversas, leyes y reglamentos. Ha sido profesor en la PUCMM y en diversas universidades, tanto en grado como en maestrías. Conferencista en el país y en el extranjero, en diferentes ramas de las ciencias jurídicas y sociales. Fue Director Ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) (2001-2003). Director Estratégico del Senado de la República y Jefe del Gabinete del Presidente del Senado de la República (2004-2006). Fue asesor ejecutivo y el jefe del Gabinete del Ministerio de Cultura (2012-2016).

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