Japón fue el pionero en el desarrollo de la introducción de la robótica en la industria automotriz y electrónica en la década de 1960 a 1970, con el objetivo de mejorar la eficiencia y particularmente la reducción de costos de producción. Desarrollando la fabricación de robots para suplir la demanda de diversas actividades industriales y económicas en general, sobre todo destinado hacia los países industrializados.

Una de las razones por las que Japón ha impulsado la innovación en robótica, además de las razones anteriormente señaladas, es por el envejecimiento de la población y la escasez de mano de obra.

El crecimiento económico y la competitividad global han impulsado el uso de robótica en sectores tales como la industria automotriz, electrónica y semiconductores, metalmecánica y materiales, alimentos y bebidas, farmacéutica y dispositivos médicos, logística y almacenamiento, salud, agricultura, construcción; servicios, sobre todo en el área de hostelería, limpieza, seguridad, atención al cliente, vigilancia, entre otros. Estos mecanismos se han impulsado aún más con la introducción de la inteligencia artificial generativa y el aprendizaje automático.

En el caso de los países en vía de desarrollo o menos desarrollados, la introducción de tecnologías que promueven la innovación y la robótica representa un gran reto, por la amenaza que existe de que la introducción de tecnologías que automaticen los procesos de fabricación, de comercialización y de servicios, que aunque aumentan los beneficios de las empresas mediante el uso de tecnologías que impulsan la automatización, se constituyen en una vía para el desplazamiento de mano de obra.

Pero en el caso de América Latina donde existe un nivel de desempleo formal del 6.5% (según el portal de (Statista), que a nivel juvenil (edades de 15 a 24) es de 13.8%, siendo para la Dominicana, para ese tramo de edades de 14.7% , que aunque aparentemente no es alto,  pero cuando se establece el porcentaje de informalidad laboral, que en promedio para mediados del año 2024 era de 53.5%, hace cambiar el panorama, porque este segmento de la población es significativamente afectado por el proceso de automatización, a partir de que las empresas formales pueden producir con más eficiencia y a menor costo, tendiendo a producir  desplazamientos en el mercado informal, que tiende a aumentar de forma significativa el desempleo en ese sector.

Estas informaciones representan un gran reto, tanto desde el punto de vista de impulsar nuevas tecnologías, que no deben detenerse, más bien adaptar el uso de estas para evitar que provoquen un mayor nivel de desempleo, sobre todo en el sector de los jóvenes, tanto del primer tramo (de 15-24 años) como de 25-45 años.

Es, por lo tanto, fundamental que se desarrollen planes, programas y acciones de políticas públicas que impulsen la capacitación de la población joven en las nuevas tecnologías y, simultáneamente, estrategias que permitan reducir la brecha digital, de tal forma que esa población joven se pueda insertar en el mercado de trabajo virtual, tanto el que opera a nivel nacional como el internacional, que, a la vez que propician que el desempleo se reduzca, mejora los niveles de ocupación, que permiten que los empleados en estas ramas obtengan un salario para que puedan vivir dignamente.

Existen oportunidades de teletrabajo en República Dominicana, tanto en el área de diseño gráfico, servicio al cliente, desarrollo de software, call center, que pagan desde RD$15,000 a RD$60,000 a nivel local y a nivel de empresas internacionales el pago y beneficios pueden ser aún mayores con ingresos que podrían oscilar entre los USD$19 y USD$32 la hora, lo que se puede traducir entre USD$30,000 y USD$60,000, pero para esto es necesario que los interesados tengan formación en informática, en ciencias económicas o de las ingenierías, tanto informática como del diseño.

Juan E. Taveras Vargas

Juan E. Taveras Vargas Economista y profesor universitario UASD. Masters en negocios y relaciones económicas internacionales, masters en políticas publicas y globalización, especialidad en docencia virtual Especialista en planificación estratégica y formulación de proyectos. Promotor cultural.

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