Estados Unidos recién superó otra crisis política interna. El presidente Donald Trump y su Partido Republicano salieron airosos y mucho más fortalecidos del cierre del gobierno.
El Partido Demócrata, especialmente la cúpula dirigencial, fuera del poder y creyendo que aún podía manipular los destinos de la nación en perjuicio de la nueva administración Trump, resultó muy perjudicado.
Su estrategia política de boicotear los planes económicos que viene aplicando el presidente Trump para recuperar la economía desde el pasado 20 de enero ha sido vergonzosamente derrotada.
Hochul le ha mandado a decir que la única persona que tiene facultad para implementar esa medida es ella como gobernadora
Las caras de ese gran fracaso político se reflejan en el ya poco simpático expresidente demócrata Barack Obama, en el senador Chuck Schumer, jefe demócrata en el Senado, el senador independiente Bernie Sanders y Hakeem Jeffries, jefe en la Cámara de Representantes.
El expresidente Joe Biden, enfermo y con 82 años, no tuvo participación en estos maléficos planes. Su condición física y problemas cognitivos agravados se lo impidieron.
Todos ellos, con su táctica dilatoria parlamentaria fallida, acordaron no aprobar el pasado 1 de octubre la extensión de la legislación de asignaciones de fondos federales para el año fiscal 2026. Su única intención era declarar al presidente Trump no apto para gobernar por ser mal administrador.
Con el plan conspirativo, lograron sus propósitos de cerrar el gobierno federal en represalia a los recortes económicos que estaba aplicando Trump contra el despilfarro de billones de dólares que las administraciones demócratas destinaban para la agenda ObamaCare, el financiamiento de programas ideológicos y subsidio de salud para extranjeros ilegales, entre otros.
Con su política opositora de “izquierda” radical, buscaban continuar en la oposición con una cuota de poder económico para sostener, además, sus despreciables agendas “woke” y 2030.
Eso sí, se llevaron el título de crear la más larga crisis económica de toda la historia con el cierre del gobierno federal que duró 43 días.
Igualmente, se ganaron los mejores aplausos por haber logrado que más de 800,000 empleados fueran cesados y más de un millón 300 mil trabajaran sin disfrutar de sueldo durante más de un mes.
Con su mala política provocaron que 40 aeropuertos trabajaran con muy poca seguridad y pusieran en peligro de accidentes los vuelos nacionales e internacionales ante la falta de expertos controladores aéreos. Muchos se retiraron por la falta de pagos.
Por suerte, ocho senadores demócratas reaccionaron por el bien de la nación y decidieron romper filas y unirse a los senadores republicanos para reabrir el gobierno. Hoy, los nuevamente derrotados líderes de su partido le llaman traidores. Trump les identifica como héroes.
Trump quiere hacer una administración más positiva y diferente a la primera que llevó a cabo entre 2016-2020, y busca también en esta segunda oportunidad hacer de los EE. UU. una nación más fuerte y poderosa frente a China y Rusia, a quienes identifica como sus principales competidores en el dominio geopolítico mundial.
Pero las derrotas de los demócratas no son solamente a nivel nacional. Su nuevo pupilo, el “galán de telenovela” de la política estadounidense, Zohran Mamdani, luego de ser declarado ganador de las elecciones como alcalde de la ciudad de Nueva York, comenzó a pedir ayuda económica para llevar a cabo con éxito los actos de su investidura en enero de 2026.
¿Y a quién le está pidiendo dinero para ese propósito? A los ricos que él pretende subirles los impuestos. ¡¡Mira qué bonito…!!
La gobernadora del Estado de Nueva York, Kathy Hochul, le ha salido al frente haciéndole saber que él está muy equivocado con sus planes de alza de impuestos locales a los ricos.
Hochul le ha mandado a decir que la única persona que tiene facultad para implementar esa medida es ella como gobernadora; y que esas acciones no son parte de sus atribuciones.
Igualmente, se ganaron los mejores aplausos por haber logrado que más de 800,000 empleados fueran cesados y más de un millón 300 mil trabajaran sin disfrutar de sueldo
También le recordó además que ella es creyente y activista religiosa en la fe cristiana, y no va a permitir que el futuro nuevo alcalde intente influenciar para que la religión musulmana que profesa con socialismo suplante la católica que predomina en la ciudad capitalista más popular del mundo.
Están fuera del poder y aún se resisten a aceptarlo. A pesar de la reciente derrota, continuarán con su agenda negativa. Quieren evitar que Trump, quien apenas lleva 11 meses en el poder, llegue airoso al final del túnel, donde se podrá ver mejor el éxito o fracaso de su administración en favor de la economía de los EE.UU.
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