Todo fenómeno atmosférico habrá de producirse dentro de un marco de naturaleza física y geográfica determinado por un contexto ambiental que envuelve, en sentido general, la vida de todo lo que existe como fundamento de la existencia terrestre, sea esta física, animal o humana.
La tormenta Melissa cuyo origen se produce o se ubica en la zona del Caribe, habrá de recorrer una trayectoria cuyos daños económicos, sociales y humanos serán determinados por las condiciones ambientales creadas por la especie humana, sin distinción de raza ni de clases sociales.
Humana es también la preocupación demostrada por el presidente Luis Abinader, en todos estos días, junto a los miembros de los organismos de socorro del país.
Cada metro recorrido por Melissa refleja el nivel de cuidado o daño que el ser humano ha causado al entorno natural
Así deberíamos hacerlo todos, es decir, cada uno de los dominicanos diariamente con relación a la conservación de nuestro medio ambiente.
Cada metro recorrido en la tierra, mares y ríos por este fenómeno atmosférico, Melissa, en su paso por diferentes naciones, tendrá un daño o beneficio del mismo tamaño del cuidado o afectación que le haya causado el ser humano a la propia naturaleza donde vive y crea sus propios bienes materiales y espirituales, cuidando o dañando el medio ambiente. Ni más ni menos.
En ese sentido, la profundidad y la extensión del daño ambiental no están definidas por la suerte, dicha o casuística del lugar ni de las personas que habitan la zona afectada, sino del cuidado o no que los hombres y mujeres —desde la infancia hasta el otoño de sus vidas— le hayan causado a la casa común, la Tierra, como expresó el propio papa Francisco en su Encíclica Laudato Si’, desde que asumió su papado.
Los fenómenos atmosféricos o naturales, como comúnmente los denominamos, han existido siempre desde el origen de la vida sobre la Tierra, no así la destrucción del medio donde habitamos.
El hombre, mejor dicho, los seres humanos, han sido los causantes de la tragedia y pecado ambiental que nos “gastamos” en estos tiempos difíciles para la vida humana.
Nos cercan las guerras crueles e innecesarias, mas no así los planes y proyectos, desde cada Estado, para salvar la vida de los seres humanos sobre la Tierra.
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