La seguridad alimentaria, una burla más a los pobres de nuestro país

La seguridad alimentaria ocupa el objetivo número 2 dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que, de acuerdo a la Agencia Especializada para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de dicha organización, procura la erradicación del hambre en todos los países; lograr la seguridad alimentaria y asegurar que todas las personas tengan libre acceso a los alimentos nutritivos y de buena calidad, a través del fomento y la promoción de una agricultura sostenible.

Hace mucho tiempo, pero sobre todo en esta época de Navidad, desgraciadamente esta no es la realidad que se percibe en la República Dominicana, donde el costo de los productos básicos de la canasta familiar, que se producen en nuestro país, como el plátano, la yuca, la batata, está por encima de los cuarenta pesos; un huevo, 10 pesos; la libra de arroz, 45 pesos; la libra de la carne de pollo, por encima de los cien pesos, ni hablar de los demás productos que conforman la canasta básica.

El director ejecutivo del Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE), David Herrera Díaz, y el Ministerio de Agricultura, Limber Cruz, gastan millones de pesos en una campaña publicitaria para la televisión y las redes sociales, en la que anuncian que en este gobierno, la supuesta seguridad alimentaria está garantizada, por los bajos precios a que se están ofreciendo dichos productos a la población, lo que constituye una falsedad, una burda mentira, que ni ellos mismos se la creen.

¿Cómo se atreven a tratar de confundirnos, como si nosotros no compramos estos productos en los almacenes y supermercados; como si todos fuésemos unos tarados, ignorantes, ciegos y sordos; como si no conociéramos la situación de crisis económica, inflación, escasez, desempleo, falta de circulante y de oportunidades por la que atraviesa el país, para decirnos que la seguridad alimentaria en este gobierno está garantizada?

La grabación de un spot publicitario con un grupo de miembros y simpatizantes del partido de gobierno, anunciando, exhibiendo y entregando una funda con algunos productos agropecuarios y pecuarios, supuestamente a bajos precios, no es la solución para garantizar la seguridad alimentaria ni para erradicar la pobreza extrema del país.

Es protegiendo e incentivando a los productores nacionales, garantizando sus cosechas y los precios de sus productos; con exoneración y financiamientos a bajas tasas de interés para la importación de maquinarias, equipos de alta generación y tecnologías, insumos agrícolas y pecuarios; no otorgando permisos de importación de productos en plena producción a personas ajenas a este sector.

Con un ministro de agricultura como el señalado, que representa un conflicto de intereses para este gobierno, pues es uno de los mayores productores de plátanos de la región, cuyo precio en estos momentos alcanza los cuarenta pesos la unidad, que lo único que ha expresado es que para la temporada de navidad, los precios siempre se disparan, no se contribuye a garantizar la tan anhelada seguridad alimentaria, a erradicar la pobreza extrema, a promover ni mucho menos lograr una agricultura sostenible, como lo contempla el segundo de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), establecidos por la Agencia Especializada para la Alimentación y para la Agricultura (FAO) de la ONU.

No se concibe que en una provincia tan productiva, como lo es La Vega, los precios de los rubros antes mencionados alcancen un valor tan elevado. No se debe hablar de que en este gobierno la seguridad alimentaria está garantizada, cuando en este periodo navideño, millones de personas están desesperadas en conseguir una tarjeta de la tan cacareada “Brisita Navideña”, para preparar una simple cena de Navidad.

Parece ser que dicha brisita fue conducida y canalizada hacia los locales del Partido Revolucionario Moderno (PRM), única y exclusivamente para su militancia, que es la única que le interesa a este gobierno.