Los cuatro presidentes. Desde la izquierda, Hipólito Mejía, Danilo Medina, Luis Abinader y Leonel Fernández.

Los alumnos de Economía para Negocios, materia que imparto en mi Alma Mater de la PUCAMAIMA, en su recinto capitaleño, se enfrentan a un ejecicio estratégico sobre la Historia Económica “real” de cara a la polémica que los comentaristas no-economistas y los politicastros diversos deforman la verdad por decir “fake-news” (noticias falsas, exageradas o simples mentiras). Hecho que comprobamos apelando a las estadísticas económicas recopiladas por IA (Inteligencia Artificial que me ofrece tío Google mediante Wikipedia, como es el Cuadro siguiente:

Aclaro que estos alumnos no son de la Facultad de Economía sino de la de Humanidades y, por tanto, mi objetivo instruccional es ayudarlos a entender el plano estratégico a largo plazo centrado en la innovación tecnológica. (¡Ambicioso! ¿No?) Por lo tanto, les hago ver que la teoría del Desarrollo Económico indica que los casos de los “milagros economicos asiaticos” (El caso del Dragón y los Tigres Asiáticos) se basa en el objetivo de crear ahorro nacional mediante las exportaciones, invertir en las tecnologías y la innovación continuamente a una tasa de crecimiento más alta que la del crecimiento demográfico por una generación, es decir, por treinta años.

En este rubro, República Dominicana ha aumentado su PBI (Producto Bruto Interno) con una serie temporal que refleja el recorrido de una montaña rusa, con subidas y bajadas que no nos permiten emular a Singapur que desde su independencia en los años setenta del siglo XX fue uno de los “Tigres” asiáticos y hoy tiene el PIB per cápita más alto del mundo: US$ 77,000. Sin embargo, los dominicanos mostramos para 1970 un PIB de US$ 1,230.0 millones, y en 2024, el PIB alcanzó  US$ 125,000.0 millones. Por lo que debemos estar orgullosos e incluir la estrategia a que la racha cumpla la condición de la  sostenibilidad por ser política de Estado junto a la continuidad de la institucionalidad, por lo que recurro a Uruguay que le da lecciones al resto de América Latina en la alternabilidad en el ejercicio del poder.

Para que se cumpla, propios y extraños, deben asimilar la admonición del Presidente Abinader de anunciar el fin de la tradición de auspiciar la suspensión del veto constitucional a un tercer mandato, y más recientemente, recordarles a los pretendientes a sustituirle en el 2028 que el mejor  aval de la competencia para ser “primer mandatario” es una excelente hoja de servicios como empleado público durante el período que le tocara asumir ese rol.

Pero volvamos a la Cumbre de Presidentes Dominicanos para que sirva de escenario de coordinación intertemporal entre los gobernantes, ya que aunque sea por razón social, la naturaleza humana nos obligó a ser dependientes y por el carácter filantrópico de las relaciones sociales, creamos la Sociedad y el Estado.  ¡Que lo último, la lucha por el poder, no nos aruine la acción que nos hace humanos!

Miguel Sang Ben

Economista

Economista y politólogo. Profesor Universitario en la PUCMM. Articulista. Coordinador de Extensión de la Escuela de Graduados de Altos Estudios Estratégicos.

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