“La izquierda vista por sí misma”, publicado por el destacado periodista y director del diario digital ACENTO, es un tema apasionante que siempre ha sido controversial y debatido por décadas.
Fausto entrevistó a más de 60 personas que abordaron el problema de la izquierda dominicana en sus comparecencias en el programa ACENTO TV. Recuerdo que fui uno de ellos. No he leído el libro, solo la reseña, pero lo compraré este fin de semana en la Librería Cuesta.
Pero quiero adelantar una opinión al respecto. Para hablar de la izquierda dominicana, hay que hacerlo con personas de 40 años en adelante y a veces subir la edad a 50 años. Con menores de esas edades es difícil encontrar a alguien con la que se pueda hablar del tema. No tienen ni idea de su significado.
Mis hijos, con edades entre 40 y 50 años, solo conocen lo que yo les he contado en mis años en el MPD y algo de la proliferación y confrontación de los partidos de izquierda producto de las tendencias ideológicas adoptadas por China y Rusia. La primera, aferrada a los dogmas del marxismo-leninismo, y la segunda, a través de la Academia de Ciencia de la URSS, revisando algunos conceptos y principios.
Así fue como la izquierda se dividió entre pro-chinos y pro-rusos, generando un cisma que permitió que los servicios de inteligencia se infiltraran en sus filas, causando muertes masivas de dirigentes destacados, que no fueron juzgados por sus ideas, sino asesinados a mansalva, como sucedió con Amin Abel Hasbún y muchos otros.
Las personas jóvenes y hasta los que están entrando en la tercera edad deben leer el libro de Fausto, porque para conocer la historia política dominicana, desde antes del ajusticiamiento de Trujillo, hay que conocer el rol jugado por los movimientos de izquierda en el avance de la democracia que hoy disfrutamos.
Aun con sus diferencias, su lucha siempre estuvo orientada a desmontar el trujillismo que se mantuvo en el poder entre 1961 y 1978, exceptuando el breve periodo de gobierno del profesor Juan Bosch, que era de centro izquierda, pero muy lejos del comunismo o socialismo, del que fue acusado por la iglesia y la oligarquía trujillista de aquel entonces.
Y conocer también quiénes eran los líderes de esos partidos. Eran las mentes más brillantes del país, no unos pelagatos como los que abundaban en el ámbito político dominicano en los difíciles años de los 60 y los 70, donde hubo golpes de Estado, una revolución sangrienta, invasiones, ejecuciones a plena luz del día y represión sin límite.
Muchos periodistas fueron víctimas de esas ejecuciones, algunos enterrados en lugares desconocidos por orden de los que estuvieron al lado de Trujillo por casi 30 años, usando sus mismos métodos. José Francisco Peña Gómez, también acusado de izquierdista, no sufrió el mismo destino por sus relaciones internacionales.
Fausto Rosario siempre ha sido un apasionado de la historia de la izquierda dominicana y ha contribuido con sus programas y entrevistas a que muchos jóvenes conozcan algo de lo que esos movimientos significaron, aunque sea solo la punta del iceberg.
PD: Escrito en mi laptop sentado frente a la cama donde mi esposa descansa y sufre de un cáncer avanzado. A todos mis lectores que oren por su salud.
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