Son muchas las molestias y dificultades que nos proporciona la congestión del tránsito vehicular del país, especialmente en el Gran Santo Domingo y las provincias más pobladas de la nación.  Los afectados y la población en general, incluyendo las autoridades, nos detenemos a enfocar los tapones por las molestias físicas que padecemos, pero no nos detenemos a analizar más allá del entapomiento vehicular cómo esto está afectando y alterando nuestra vida diaria.

Primero, en la salud, las tensiones por la prisa por llegar y tener que reducir la velocidad nos crean furia, violencia, dolor de cabeza, estrés, distracción, uso indebido de los celulares para avisar atrasos, dormir y descansar menos tiempo para levantarnos más temprano, compartir menos con la familia porque llega más retrasado y sales más adelantado; en fin, que finalmente por esta acumulación de irregularidades puede terminar en un accidente, ya sea en la circulación terrestre, en la quiebra de resistencia del cuerpo o en lo psíquico.

En el medioambiente, más consumo de combustibles fósiles (gasolina, aceites, etc.), atascamiento de las calles residenciales de vehículos por desvío en la desesperación de buscar una salida, poniendo en riesgo a nuestros niños y personas vulnerables en los barrios, sonidos de bocinas, ruidos, vehículos pesados y humos. Destrucción de la capa asfáltica sin reparaciones oportunas y creación de hoyos que cuando llueve se vuelven lagunas, depredación de la flora próxima a las aceras, rotura de tuberías de agua y eléctricas subterráneas y probables accidentes con peatones.

Si lo medimos en lo económico, es desastroso para el presupuesto familiar; puede ser el consumo de combustible desde un doble hasta más de la media que utilizamos diario en circulación normal, dependiendo de la distancia, deterioro de los equipos de transmisión de los vehículos, desde combustibles hasta la ventilación del aire acondicionado, radiadores con exceso de calentamiento y motores afectados tempranamente, etc.

Estos son algunos ejemplos, porque podríamos mencionar otros, pero voy a referirme ahora a las cosas que observo pasan y al final quiero llamar la atención sobre que el taponamiento por la congestión del tránsito amerita medidas más drásticas y de responsabilidad en política pública, que cuestiones simplistas de no doblar a la izquierda o la derecha, o poner conos para cerrar algunos espacios entorpecedores.

Lo primero es la mala educación de la gente sobre las cuestiones de señalizaciones viales y la indisciplina ciudadana, por lo que América, sobre todo, debe enseñar y ser drástica con quienes no hacen filas para agotar su turno y tienden a rebasar su línea y entorpecer la salida a la derecha o a la izquierda, colocándose a la cabeza de quienes tienen derecho preferencial.

La sincronización de semáforos en un solo color que están próximos se hace indispensable, pues a veces uno que da luz verde genera un tapón porque el siguiente está rojo y, si el tramo es corto, se amplía el congestionamiento.   Otro problema que afecta el movimiento circular de vehículos son los hoyos u otros obstáculos debajo de los semáforos o próximos, así como algunos choferes que apagan sus vehículos cuando la señal de pare dura más de un minuto y entonces, al arrancar, se retrasan segundos, o la dificultad para salir rápido de un semáforo si existen hoyos debajo o próximos, lo que retrasa el movimiento vehicular.

Los hoyos y lagunas en las calles detienen el tránsito por segundos que se convierten en horas de tapones, así como las paradas de vehículos para recoger pasajeros a la entrada y salida de plazas y supermercados.  Es irresponsable que buses y carros se detengan para que los aborden pasajeros a la entrada o salida de los elevados, o que se deba armar un tapón al salir de un túnel y subir al elevado porque los vehículos se rebasan para tomar líneas convenientes sin orden porque nadie quiere hacer su fila.

Debe existir una orientación de que, antes de entrar al túnel, las personas elijan su derecha para, a la salida, dar continuidad hacia la dirección donde van y no que, después de la salida del túnel, anden rebasando de extremo a extremo.

La cuestión es que la organización del tránsito no es solo adoptando medidas operativas y aplicando la ley con sanciones que se resuelve, porque está visto que la temeridad de machismos conductores obedece a falta de educación vial y cívica.  Creo que esto mejorará cuando las autoridades tomen carta en el asunto, asumiendo la educación, la seguridad y la salud como ejes importantes de la movilidad vehicular, involucrando a las alcaldías, que también tienen mucha implicación en esta solución y parecen ajenas a lo que pasa en su entorno, comenzando con que los camiones recogen la basura en horas pico de tránsito por la mañana y tarde los días laborales, especialmente en los barrios marginales.

Resolver el problema del tránsito es una prioridad por la salud, la economía y la seguridad ciudadana de nuestra nación que deben considerar como política prioritaria del gobierno en este 2026. ¡Que pasen feliz Navidad!

Eulogia Familia

Defensora de clase trabajadora

Eulogia Juliana Familia Tapia. Vice-Presidenta de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS) y Enc. De Política de Equidad de Género. Miembro del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Vice-Presidenta del Consejo Sindical de Asesoría Técnica (COSATE) de la Conferencia de Ministros de Trabajo de la OEA. Fue diputada al Congreso Nacional, expresidenta de la Confederación de Trabajadores Unitaria (CTU), ex miembro del Consejo de Administración del Centro de Formación de la OIT/Turin, Italia. Ex vicepresidenta de la 102 (año 2013) Conferencia de la OIT en Ginebra y de la 18 Conferencia Regional Americana de la OIT en Lima, Perú (año 2014). Declarada como la Voz Centenario de los trabajadores de la OIT de América Latina al cumplirse los 100 años la OIT. Ex Presidenta y ex vice presidenta de los Comités de Mujeres Trabajadoras de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA) y de la Confederación Sindical Internacional (CSI) respectivamente. Como parte del consejo de administración y representante de los trabajadores le correspondió participar en la elaboración y adopción de los convenios 189 sobre trabajo decente para las trabajadoras domésticas y el 190 contra la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.

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