Bajo el título "Camino a los 60 : dos extranjeros poderosos", el señor Miguel Febles escribe en el periódico El Día (16-01-25) un desacertado artículo en apariencia, elogiando al profesor Juan Bosch, pero en el fondo dejando caer afirmaciones falsas, infames y con mala fe. En su inicio el artículo expresa cierto reconocimiento a Bosch:

"….es el nombre de un patriota, pensador y político que dedicó la mayor parte de sus energías a la vida pública dominicana desde su regreso al país en octubre de 1961 hasta su pérdida de la conciencia en los años finales del siglo pasado".

Es la lisonja alfombrada para caer en esta infamia :

"Vivió 23 años consecutivos exilado y desde su retorno *vivió la política como un vértigo.* El 20 de diciembre del 62 ganó la Presidencia de la República, juró el cargo el 27 de febrero del 63 y *lo abandonó el 25 de septiembre, siete meses después, bajo la coerción de un golpe de Estado* cívico militar que le expulsó de nuevo al exilio. Estaba a punto de cumplir dos años en el país cuando volvía a salir, esta vez extrañado por otros políticos *y quizás en parte por su voluntad."*

El "vértigo", lo está viviendo el señor Febles, por eso se confunde. La vuelta y revuelta de su "vértigo", lo lleva al mareo de un "quizás" . Ese "quizás" es el que trata de introducir como una verdad; exculpando al Frente Oligárquico y al Departamento de Estado, en el derrocamiento a Bosch. Así, el autor del artículo, deja en el aire, no la deportación, sino una por motus propio del derrocado y expulsado. Repite lo que dijo el general golpista, Victor Elvis Viñas Román: "Ese hombre se tumbó él mismo".

No se detiene el señor Febles, en esta penosa afirmación. Lanza otra, en negación de la nacionalidad de Juan Bosch :

"Antes del ingreso de Bosch al país, lo había hecho John Bartlow Martin, enviado por el presidente John F. Kennedy, primero a valorar la situación política mientras todavía pesaban sobre el país de 1961 las sanciones impuestas por la Organización de Estados Americanos, y luego como *embajador, enero de 1962, un hecho que lo convirtió en el otro extranjero que impondría su personalidad, y el peso del gobierno de los Estados Unidos de América, en la vida pública dominicana,* si no durante tanto tiempo como pesó la de Bosch, lo suficiente como para ser parte de la levadura de los años políticamente calientes de 1961 al 65."

El gran señor Febles, no solo compara a Bosch con el funesto Jhon Bartlow Martin. Le niega la nacionalidad, al llamarlo extranjero. Lo cierto es que Bosch no ha muerto. Los enemigos del pueblo, todos los días, tratan de matarlo.
No importan las calumnias, ni las mentiras. No importan los dardos envenenados, porque:
*“No hay mejor arma que la verdad en las manos de los buenos.”* *(Juan Bosch)*